El evangelio de Marcos es el más breve de todos los evangelios y, por tanto, fácil de leer de una sentada.
Su brevedad es probablemente la razón de que sea el libro más frecuentemente traducido del Nuevo Testamento.
Los traductores de Wycliffe generalmente empiezan su trabajo de traducción con el evangelio
de Marcos por ser tan corto y dar el relato completo con brevedad.
Introducción a las devociones de enero
El evangelio de Marcos es el libro más traducido de la Biblia en todo el mundo. No hay ningún otro libro que aparezca en tantos idiomas. Casi todos los traductores de Wycliffe, una vez que han reducido una lengua a la escritura, comienzan su traducción de las Escrituras con este evangelio. ¡Estoy seguro de que el hecho de que Marcos es el más corto de los evangelios tiene algo que ver con esta decisión! Pero también es un hecho que Marcos resulta especialmente adecuado para introducir a las personas de todos orígenes, clases y tribus a las Escrituras. Es el único de los cuatro evangelios que fue creado para que lo escuchasen los gentiles.
El estudio del evangelio de Mateo revela que fue escrito para el judío, enfocado de manera especial en el Antiguo Testamento y las costumbres judías. Pero Marcos fue escrito para el mundo romano, para los gentiles, para aquellos que no conocen los antecedentes del Antiguo Testamento. Por lo tanto, es un evangelio instructivo y de ayuda para utilizarlo en el enfoque inicial.
Muchos eruditos creen que el evangelio de Marcos es el más antiguo de las Escrituras del Nuevo Testamento, y probablemente fue escrito en los años 60 del primer siglo, lo cual hace que sea realmente de los primeros, regresando al principio de la historia cristiana. Los eruditos difieren, sin embargo, en cuanto a si el primer libro escrito fue Mateo o Marcos, porque es difícil saber quién tomó prestado de quién, si Mateo de Marcos o a la inversa.
Lo que sí sabemos es que este evangelio fue escrito por un joven llamado Juan Marcos. El nombre de su madre era María, que era una mujer muy rica que tenía una casa grande en Jerusalén. En Hechos 12 se nos dice que los primeros discípulos celebraron una gran reunión de oración en su casa para Pedro cuando él estaba en la cárcel. Sabemos que el joven Juan Marcos acompañó a Pablo y Bernabé en su primer viaje misionero, viajando con ellos a la isla de Chipre. Pero por alguna razón Marcos se negó a ir con ellos cuando fueron al continente de lo que es actualmente Turquía. En lugar de ello, regresó a casa de su madre. Pablo se sintió enfadado por esto y es evidente que tenía la impresión de que Marcos era uno que abandonaba fácilmente. Cuando llegó el momento de que saliesen de nuevo, a pesar de que Bernabé deseaba llevar con ellos a Marcos, Pablo no le permitió que les acompañase, de modo que se separaron. Bernabé se llevó a Marcos con él a Chipre, y Pablo y Silas regresaron a las regiones a las que habían ido con anterioridad. A partir de este momento Marcos desaparece de la escena durante un tiempo.
La próxima vez que oímos hablar de él, se ha asociado con el apóstol Pedro, que habla de manera afectuosa de este joven, llamándole “mi hijo Marcos” en su primera epístola (1 Pedro 5:13). Las más antiguas tradiciones de la iglesia nos dicen que Marcos se convirtió en el compañero de Pedro. Eusebio, uno de los padres de la iglesia que escribió en el tercer siglo, dice que los cristianos primitivos estaban tan extasiados con todas las cosas que les dijo Pedro que le pidieron a Marcos que las pusiese por escrito. Tal vez sea así cómo recibimos el Evangelio según San Marcos, porque refleja mucho de las memorias de Pedro y de las experiencias de Jesús.
Marcos está fascinado con dos de las cualidades de Jesús, que menciona en sus primeras palabras en este evangelio: “Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios” (1:1). Jesús de Nazaret, que era carpintero, el Jesús humano, pero al mismo tiempo Hijo de Dios, el divino. Marcos parece fascinado por esta combinación: el Gobernante que manifiesta Su habilidad para servir, y el Siervo que sabe gobernar.
Por cierto, es así como está organizado el libro. Hacer un bosquejo de Marcos es fácil porque el autor nos ofrece ciertas divisiones naturales, como veremos en adelante. Se divide fácilmente en dos partes:
La primera, del capítulo 1 al capítulo 8:26, es “El Siervo que gobierna: La autoridad del Siervo”.
La segunda, del capítulo 8:27 al final, es “El Gobernante que sirve”.