La vida del cuerpo
La iglesia es un organismo vivo; la mano se mueve cuando el cerebro lo decide.
Así también los miembros del cuerpo espiritual de Jesús reciben dirección de Él como nuestra Cabeza.
Jesús da a cada miembro dones y talentos, haciéndose vivo dentro de Su iglesia.
Él equipa a Su pueblo para que se amen unos a otros y sirvan en unidad a Su reino. Esto es la vida del cuerpo.
Introducción a las devociones de agosto
La vida del cuerpo trata de la iglesia, no la iglesia tal como es a menudo, sino la iglesia tal como era originalmente; la iglesia tal como puede ser; la iglesia tal como debería ser de nuevo.
¿Qué clase de imagen trae a su mente la palabra iglesia
?
¿Le sugiere la idea de un presuntuoso club de campo religioso, atado por rituales extraños y casi secretos, tradiciones y jerga?
¿O un grupo de acción política, haciendo la guerra a favor de un programa político (de izquierdas o de derechas)?
¿Una sala de espera, donde la gente aguarda expectante, pero bastante pasivamente, al próximo autobús al cielo? ¿Una colección de hipócritas que se preocupan más de los órganos tubulares caros, las vidrieras de colores y los edificios de piedra, que de los hambrientos y heridos del mundo?
¿Un lugar donde los yonquis religiosos se reúnen para conseguir su dosis de bienestar
para poder aguantar otra semana?
¿Una banda de beatos aguafiestas que quieren legislar la moralidad para el resto del mundo?
Seamos sinceros: la iglesia ha sido todas estas cosas en un momento u otro. Una y otra vez, ha dado lugar a cada acusación amarga, cada queja y crítica que hayan sido alguna vez lanzadas contra ella por los ateos enojados y los agnósticos desilusionados.
Sin embargo, a pesar de todos sus evidentes defectos, debilidades, hipocresías, pecados y excesos, la iglesia ha sido la fuerza más poderosa para el bien que ha habido sobre la faz de la tierra, siglo tras siglo, desde el tiempo de los apóstoles hasta el momento presente. Ha sido luz en medio de la más negra oscuridad. Ha sido sal —un conservante y un sazonador delicioso— en una sociedad desabrida e inclinada a la corrupción.
¿Una paradoja? ¡Desde luego! Muchas de las más poderosas verdades de Dios vienen envueltas en una paradoja, rodeadas de misterio. Al desenmarañar las aparentes contradicciones de la iglesia de Dios, tal como Él la diseñó y la creó, encontraremos algunas de las verdades de Dios más profundas, vivificantes y transformadoras de la vida: las verdades de la vida del cuerpo.