Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros.
Efesios 4:11
Estas cuatro categorías —apóstoles, profetas, evangelistas y pastores-maestros— están entre los dones que el Señor resucitado ha impartido a los seres humanos. Estos dones están relacionados con todo el cuerpo de Cristo, lo mismo que los sistemas mayores se relacionan con el cuerpo físico. Dentro del cuerpo humano hay cuatro sistemas principales de los que depende el cuerpo para funcionar apropiadamente: el sistema músculo-esquelético, el sistema nervioso, el sistema digestivo y el sistema circulatorio. De manera muy notable se corresponden con los cuatro ministerios de apoyo dentro del cuerpo de Cristo.
Primero, existe el sistema básico estructural de huesos y músculos. Éste se corresponde con los apóstoles y su función en el cuerpo de Cristo. Su trabajo fue estructural, formando el esqueleto. Formaron la estructura básica que hizo que el cuerpo de Cristo adquiriera la forma que tiene. El fundamento de la iglesia es Jesucristo, y el trabajo de un apóstol era proclamar el conjunto íntegro de verdades que tienen que ver con Él.
Ligado al sistema esquelético del cuerpo humano está el sistema nervioso. Es el medio por el cual los huesos y músculos son estimulados para que actúen. Está relacionado directamente con la cabeza y desde allí envía mensajes a todo el cuerpo. Este sistema se corresponde con el trabajo de los profetas en el cuerpo de Cristo. Un profeta es una persona que habla por Dios. En la iglesia primitiva, antes de que el Nuevo Testamento se escribiera, los profetas hablaban directamente por inspiración del Espíritu Santo, pronunciando las verdades que ahora están recogidas en el Nuevo Testamento. Ellos desvelaban lo que Dios enseñaba, y así el cuerpo era incitado a actuar.
El tercer ministerio de apoyo dentro del cuerpo de Cristo es el evangelista. Los evangelistas son hombres y mujeres con un don especial para comunicar el evangelio en términos relevantes para aquellos que todavía no son cristianos. Ya que el evangelista es primordialmente responsable del crecimiento numérico del cuerpo de Cristo, su ministerio se corresponde con el sistema digestivo dentro del cuerpo humano, tomando alimentos que son bastante diferentes de la carne humana y transformándolos en carne y hueso, haciéndolos una parte viva del cuerpo. Se espera que todos los cristianos evangelicen, pero no todos tienen el don de un evangelista.
El cuarto sistema físico del que el cuerpo depende para vivir es el sistema circulatorio: las venas y arterias conectadas con el corazón y los pulmones, que distribuyen alimento y oxígeno a todo el cuerpo. Éste se corresponde con el trabajo de los pastores que enseñan dentro del cuerpo de Cristo, quienes están ahí para mantener la vida del cuerpo, alimentándolo y limpiándolo y preservando su vida. El cuerpo entero ha recibido dones del Espíritu, y es tarea de aquellos que están en el ministerio pastoral animar al cuerpo entero a descubrir y usar esos dones. Cuando hayamos asignado a todos los cristianos del cuerpo su papel dado por Dios como ministerio, entonces el cuerpo entero llega a la vida con poder de resurrección. Las vidas son cambiadas. Los ministerios florecen. Las comunidades son tocadas y sanadas. La iglesia se vuelve sana y vital y emocionante otra vez.
¡Qué emocionante es, Señor, que se nos haya dado a todos formas de compartir las buenas noticias de Jesucristo con un mundo que lo necesita desesperadamente! Manténnos haciendo Tu trabajo con cada una de nuestras capacidades.
Aplicación a la vida
¿Qué papel me ha dado Dios dentro de la iglesia? ¿Cómo me ha equipado para compartir el evangelio?