Oramos para que este recurso te lleve a lo más profundo de la Palabra de Dios: a una relación cercana y transformadora con Cristo en
el mismo centro de tu ser. ¡Este es el auténtico cristianismo!
El auténtico cristianismo
La Biblia entera nos conduce a descubrir la gloriosa libertad de ser un hijo de Dios.
Esta vida debe vivirse teniendo una relación con el Hijo de Dios, Jesucristo, y la misma está dotada de poder por Su Espíritu Santo,
que mora en nosotros.
Esta es la auténtica
vida que la humanidad anhela, la cual fue prometida y provista para nosotros en el Nuevo Pacto de Cristo.
El poder de ese Pacto es sencillamente Cristo en tí, la esperanza de Gloria
(Colosenses 1:27).
Jesús nos ha comprado por un precio incalculable.
Su cuerpo fue roto y Su sangre derramada por nosotros.
Ahora por Su presencia en nosotros ofrecemos nuestros cuerpos como un sacrificio vivo, santo y agradable a Dios
en alabanza y adoración a Cristo Jesús (Romanos 12:1-2).
¡Su sacrificio incalculable se convierte en nuestro gozo sin medida!
El libro de Ray Stedman El auténtico cristianismo declara bien esto:
La vida cristiana auténtica es esencial y radicalmente distinta de la vida natural vivida por una mujer o un hombre. Exteriormente puede ser muy parecida, pero interiormente la base de su vivir es drásticamente diferente. Cristo es parte de todas las acciones honestas, el corrector de toda acción o pensamiento equivocados, el dador de gozo y el sanador de las heridas. Ya no está meramente en los márgenes de la vida; Cristo es el centro de todo. La vida gira alrededor de Él. Como consecuencia, la vida viene a tener un enfoque apropiado. A pesar de las pruebas exteriores, una profunda paz inunda el corazón, la fortaleza reina en el espíritu, y la bondad y el gozo irradian hacia afuera. ¡Esto es vivir de verdad!
La vida cristiana se hace auténtica sólo porque habita Cristo en tí
.
La gloria de Cristo se conoce en que:
- Descansamos en Su Nuevo Pacto
- Amamos a Su pueblo como cuerpo de Cristo
- Juntos permanecemos firmes contra el enemigo
- Somos guiados por siervos líderes en un mismo yugo
Estas características nos unen y nos hacen crecer juntos como auténticos cristianos.
El Nuevo Pacto
El pueblo de Dios del Nuevo Pacto sigue al Señor Jesucristo vivo.
Todos somos miembros de Cristo, y todos juntos somos siervos de Jesús, todos cooperadores en Él y con Él.
Las ovejas y los pastores, ambos del mismo modo recibimos dirección de nuestra única Cabeza, Jesucristo.
Cristo como Cabeza de Su pueblo sigue siendo la sólida verdad que cimienta nuestra auténtica vida de fe.
Viviendo en Él crecemos en el conocimiento de Cristo y en madurez spiritual,
y nuestro deleite al servir es sólo porque Su vida está en nosotros.
Pues en Él vivimos, nos movemos y existimos
(Hechos 17:28).
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La vida del cuerpo
La iglesia bíblica es, por tanto, un organismo vivo, no una institución.
Bajo la Cabeza de Cristo, el clero y el laicado están unidos en un yugo a Su servicio.
A cada persona se le dan dones para servir. Los siervos líderes adiestran y equipan al cuerpo,
de modo que cada miembro de Su cuerpo está preparado para el ministerio que Cristo da a cada uno (Efesios 4:11-16).
Los pastores y las ovejas tienen que vivir, amar y servir juntos dependiendo del Señor, en una verdadera “vida del cuerpo”.
Esta vida del cuerpo nunca es resultado de un esfuerzo egocéntrico.
En su lugar, Jesús viviendo en nosotros expresa Su carácter a través de nosotros, y nosotros compartimos Su gloria (Juan 14:20, 15:5).
Nuestra fuerza proviene de que Él mora íntimamente en comunión con nosotros.
La vida del Señor Jesús mismo es el tesoro que transmitimos al “amarnos unos a otros” (Juan 13:34).
Su vida de amor incondicional es nuestra fuente de amor mutuo.
La gracia de Su perdón y misericordia nos da poder para perdonar.
El amor y la gracia de Cristo en nosotros se desborda en adoración y gratitud (Romanos 12:2).
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La guerra espiritual
Sabemos también que el diablo continuamente busca distraernos del hecho sencillo de quiénes somos en Cristo y de nuestra vida y
servicio juntos como un cuerpo.
A través de la influencia del mundo y de nuestra propia carne, intenta alejarnos de la confianza
de que Cristo en nosotros es suficiente para todo en la vida, pero Jesús nos llama a renovar nuestras mentes
,
a acordarnos de descansar en Él (Hebreos 4:9-11), en la verdad de quiénes somos ahora por la obra completa de Cristo crucificado y resucitado.
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El liderazgo
Los líderes espiritualmente capacitados nos adiestran para permanecer firmes contra el maligno (Efesios 6:10-11),
recordándonos la victoria ya lograda para nosotros a través de la cruz.
Estando vivo en nosotros, Cristo nos guía hacia las buenas obras que ha preparado para nosotros en ambas formas, individual y corporativamente.
Los siervos líderes caminan a nuestro lado, nos ayudan a crecer en gozo, madurando juntos en Cristo, nuestra vida.
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Hacia esto nos conduce Cristo. ¡Éste es el auténtico cristianismo!
Lea el libro El auténtico cristianismo