¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? ¡De ninguna manera! Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?
Romanos 6:1-2
Fíjate en tres cosas sobre esta pregunta: “¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde?”. Primero, fíjate que la pregunta es lógica. Ésta es una pregunta muy buena. Si el evangelio no despierta esta pregunta en la mente de alguien, seguramente hay algo mal con ella, porque es el tipo de pregunta que ha de ser preguntada a estas alturas. Hay algo sobre la gracia de Dios que inmediatamente saca a relucir este tema. Si el pecado es tan completamente manejado por el perdón de Cristo, entonces realmente no tenemos que preocuparnos de los pecados, ¿no es así? No nos van a separar de Cristo; así que, ¿por qué no seguir haciéndolos? Es una pregunta perfectamente lógica.
Pero, segundo, fíjate que incluso nuestra misma naturaleza nos haría despertar esta pregunta. No es sólo lógica, sino que es natural. Eso es porque el pecado es divertido, ¿no es cierto? Nos gusta hacerlo. De otra forma no seguiríamos haciéndolo; no nos involucraríamos en él. Sabemos que los pecados son malos para nosotros, pero nos gusta hacerlos. De otra forma no los haríamos. Por lo tanto, cualquier tipo de sugerencia que nos dice que podemos escapar la penalidad de nuestro pecado y todavía disfrutar la acción despierta un grado considerable de interés en nosotros.
Debemos entender que Pablo está hablando de un estilo de vida de pecado, no simplemente de un solo acto o dos de fallo. Está hablando sobre cristianos que siguen absolutamente inalterados en su estilo de vida de lo que eran antes de ser cristianos. La palabra para “perseveraremos en el pecado” está en tiempo presente continuo. Significa que la acción continúa ocurriendo. Pablo está hablando sobre una práctica habitual. ¿Podemos seguir viviendo así? Finalmente, fíjate que esta pregunta se hace de tal forma que suena justamente motivada e incluso piadosa. “¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde?”. Esto sugiere que nuestra motivación para pecar no es simplemente nuestra propia satisfacción; lo hacemos para que la gracia abunde. A Dios le encanta enseñar Su gracia. Por lo tanto, si continuamos pecando, Él tendrá todavía más oportunidad. Esta pregunta no es formulada por un pagano completo, sino por alguien que parece resuelto a promover la gloria de Dios. Habiendo dicho eso, venimos ahora a la respuesta, la respuesta positiva de Pablo.
Pablo inmediatamente reacciona con una declaración muy positiva, claramente respondido: “¡De ninguna manera!”.
“Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?”. Esto no significa que el pecado esté muerto en mí. No significa que he llegado al sitio donde ya no pueda pecar. Ni Pablo quiere significar por esto que nos estamos muriendo al pecado, que estamos gradualmente cambiando y creciendo, y llegará un momento en el cual como que dejemos atrás toda esta maldad. Eso no es lo que significa para nada. De nuevo, debemos enfrentarnos claramente a la declaración que hace el apóstol. Lo pone de tal forma que quede claro de una vez y para siempre: “hemos muerto al pecado”. Es imposible que tu estilo de vida continúe sin cambio cuando te conviertes en cristiano. Es simplemente imposible, porque un cambio ha ocurrido en lo profundo del espíritu humano. Y aquellos que protestan y dicen que pueden continuar viviendo de esa forma, simplemente están revelando que no ha habido ningún cambio en su espíritu, que no ha habido ningún corte con Adán. Todavía están en la misma condición.
Gracias, Padre, por la gracia de nuestro Señor Jesús, quien tiene el poder para romper el agarre de la muerte sobre mi vida.
Aplicación a la vida
¿Estamos usando la gracia de Dios como pretexto para continuar en nuestros pecados? ¿Cuáles son tres razones por las que continuamos este subterfugio? ¿Estamos eligiendo vivir en la vida de resurrección de Cristo en vez del pecado y muerte en Adán?