Éstos son los sacerdotes y levitas que subieron con Zorobabel hijo de Salatiel, y con Jesúa.
Nehemías 12:1a
Esto nos lleva de regreso a los héroes del pasado. Zorobabel dirigió el primer regreso de la cautividad babilónica a Jerusalén en el año 538 a.C., casi cien años antes del tiempo de Nehemías. Nehemías está pensando en estos hombres que guiaron aquella procesión. Zorobabel era un sacerdote y Jesúa era un levita. Ellos dirigieron a una compañía de israelitas de regreso a la ciudad de Jerusalén para reconstruir el templo. El versículo 7 dice que “eran los principales sacerdotes y sus hermanos en los días de Jesúa”.
Los versículos 22 al 26 se refieren al tiempo cronológico en que los registros que acabamos de examinar fueron registrados. El pasaje no suena demasiado interesante, pero se nos dice que, en el caso del primer grupo, los jefes de familia de los levitas fueron inscritos en el reino de Darío el persa. Eso significa que hubo un tiempo en el cual sus nombres se guardaron en los registros del templo, pero de hecho no fueron registrados de manera permanente hasta los días de Darío el segundo. Eso haría que este registro tuviese lugar aproximadamente entre los años 423 y 404 a.C., poco después del tiempo de Nehemías. Evidentemente alguna mano añadió esto más tarde, para que pudiésemos saber cuándo fue escrito.
Después hay otra mención en el versículo 23 del “libro de las crónicas”, refiriéndose a los anales de los reyes de Judá. A uno de ellos se le menciona de manera especial en la referencia a “David, varón de Dios”. ¡Qué influencia tan asombrosa tuvo David! F. B. Meyer dice: “Cuánto tiempo ha permanecido la influencia de David por el mundo, como el resplandor crepuscular de una puesta del sol”. Pero, a pesar de esto, David tiene un historial terrible de maldad en su vida. Cayó en el adulterio con Betsabé y participó en el asesinato de su esposo. Sin embargo, debido a que había puesto su corazón en Dios y aprovechó la provisión de Dios en lo que se refiere al perdón, David es conocido en la historia como “un hombre conforme al corazón de Dios”.
El pasaje nos enseña que no debemos olvidarnos de los héroes pasados, los hombres y mujeres de fama y de gloria a los que ha usado Dios en la antigüedad. Yo he estado leyendo otra vez los escritos de algunos de mis primeros héroes espirituales. ¡Yo quisiera animarle a usted, sobre la base de un pasaje como éste, que lea usted biografía! Le bendecirá y será para usted un desafío, y le fortalecerá para que vea cómo Dios ha usado a hombres y mujeres en el pasado para mantenerse firmes en las tentaciones y las presiones del mundo y a realizar muchas cosas para Su gloria.
Este pasaje nos enseña además que los hechos de Dios son parte de la crónica de la historia. Ésa es una de las grandes ventajas del cristianismo por encima de todas las demás religiones del mundo. La mayoría de ellas son filosofías religiosas, o sencillamente meditaciones acerca de los diferentes aspectos de la vida. Muchas de ellas son crónicas de visiones y de sueños de origen dudoso, pero cuando nos encontramos con las crónicas de la Biblia, se basan en hechos. No se trata de una leyenda, de un mito o ficción. No es la crónica de filosofías o de invenciones humanas, sino que forman parte de hechos históricos. Dios basa estos grandes sucesos en la historia del mundo mismo.
Señor, te doy gracias por las lecciones que puedo aprender de aquellos que te han servido en el pasado y por los hechos muy reales de la historia que me enseñan tanto acerca de Ti.
Aplicación a la vida
El estudiar y recordar la historia creada por Dios puede ser más provechoso que meditar en la filosofía ideada por el hombre. ¿Qué lecciones estamos aprendiendo de la Biblia cada día?