Entonces dijo Jehová a Isaías: ―Sal ahora al encuentro de Acaz, tú y Sear-jasub, tu hijo, al extremo del acueducto del estanque de arriba, en el camino de la heredad del Lavador, y dile: “Cuídate y ten calma; no temas ni se turbe tu corazón a causa de estos dos cabos de tizón que humean, por el ardor de la ira de Rezín y de Siria, y del hijo de Remalías”.
Isaías 7:3-4
Se nos dice el lugar exacto al cual Dios dirigió al profeta cuando hizo esta declaración frente al rey. Probablemente leas esto pensando que esto es tan sólo una dirección trivial que Dios le dio. Pero esto es muy significativo. A Isaías se le dijo que fuera “al extremo del acueducto del estanque de arriba, en el camino de la heredad del Lavador”; que se pusiera en pie en ese sitio exacto y que le diera esta declaración al rey Acaz. ¿Qué significa todo eso? Ahí en ese sitio, y sólo allí, el profeta debía informar al rey Acaz que no tenía nada que temer de los dos ejércitos que amenazaban a la ciudad de Jerusalén. Eran sólo “cabos de tizón”, y no eran ninguna amenaza en absoluto. El relato declara que la liberación ocurriría dentro de los próximos sesenta y cinco años. Y todo ocurrió tal y como fue predicho.
Al leer este pasaje debemos recordar la peculiar naturaleza de la comisión de Isaías. En el capítulo 6, fue mandado a su pueblo con un mensaje muy extraño. Dios le dijo: “Ve y habla a este pueblo, pero habla de tal manera que oirán lo que dices pero no lo entenderán, y verán de lo que hablas pero no lo comprenderán”. Aquí se nos da una pista que Isaías debe profetizar en un lenguaje un tanto críptico y de doble significado.
Esta palabra sobre “el extremo del acueducto del estanque de arriba, en el camino de la heredad del Lavador” es un buen ejemplo de esto. La palabra estanque en hebreo también significa “bendición”. Es obvio por qué un estanque de agua sería llamado una bendición. En una tierra que es seca y sedienta, cualquier estanque de agua demostraría ser una bendición. Así que la palabra tiene dos significados. La palabra “arriba” significa más que un estanque localizado en el nivel superior. También significa “el Altísimo”. Así que el segundo significado que tenemos es la frase “la bendición del Altísimo”. Este estanque es un manantial de agua, localizado en la ladera oeste de la vieja ciudad de David, que fluía hacia abajo mediante un acueducto a la ciudad. Al final de este acueducto, se vaciaba a un pequeño estanque, y era en este lugar exacto donde al profeta fue dicho que debía estar.
Al mismo tiempo, ése también era el camino por el cual llegó allí: “el camino de la heredad del Lavador”. Un camino o una senda en las Escrituras es siempre una ascensión. En Isaías 35, es llamado “Camino de Santidad”, así que tiene que ver con rectitud y con restauración moral. Esto también es reforzado por el hecho de que llevaba a “la heredad del Lavador”. La heredad estaría en el lugar de lavado. Así que podemos ver por qué un estanque, el cual estaba al final de un acueducto de agua bajando de un manantial superior, también sería el lugar donde la gente lavaría su ropa. Es aquí que Isaías debía estar.
Cuando consideramos los significados, vemos por qué el profeta fue enviado a donde estos dos sitios se encuentran: era el sitio donde venía de arriba el camino de restauración y de lavado, y se encontraba con el fluido hacia abajo del canal de bendición del Altísimo. ¿Qué simbolizaría eso? Del Nuevo Testamento sabemos que eso sólo podía describir al Señor Jesús mismo. Él es “el extremo del acueducto, el canal de bendición del Altísimo”. Él es también “el camino de restauración”, la ascensión hacia arriba que trajo al profeta a ese lugar. Todo esto es una bella descripción poética de Jesús mismo.
Gracias, Padre, por la restauración que está disponible en Jesús.
Aplicación a la vida
“Cuando mis luchas terminan aquí”, las Escrituras desde el principio al final nos ofrecen al Señor Jesucristo como Aquel de quien fluyen todas las bendiciones. ¿Confiamos en Él como nuestra única Fuente de bendición?