¿Quién decretó esto sobre Tiro, la que repartía coronas, cuyos comerciantes eran príncipes, cuyos mercaderes eran los nobles de la tierra? Jehová de los ejércitos lo decretó para envilecer la soberbia de todo esplendor y para humillar a todos los ilustres de la tierra.
Isaías 23:8-9
“¿Por qué se enfurecen las naciones?” Esta pregunta se contesta muchas veces en la Biblia, pero notablemente en esta sección de Isaías, comenzando con el capítulo 13 y terminando con el capítulo 23. En estos capítulos al profeta se le da una visión relativa a las grandes potencias mundiales que rodeaban a Israel en esos días. La profecía comienza con la palabra que concierne a Babilonia y después se enfoca en Asiria, Moab, Egipto, Edom y otras naciones, y termina en el capítulo 23, cargando contra la ciudad nación de Tiro.
Estos mensajes eran enteramente predictivos cuando fueron proclamados. Apuntan a cosas que van a ocurrir desde el tiempo de Isaías en adelante. Al mirar atrás en la historia podemos ver que gran parte de esta profecía ha sido cumplida. Estas naciones no son sólo históricas, sino que son símbolos de las fuerzas que funcionan en cada época y en cada generación. Lo que hace que este pasaje sea tan real y valioso para nosotros es que, mediante la experiencia de estas naciones, podemos empezar a comprender nuestras propias luchas personales.
Estos juicios representan cosas que son verdaderas en cuanto a nosotros. Babilonia, Tiro, Asiria y Egipto aparecen por todas las Escrituras, y siempre son la imagen de la misma cosa: el mundo en todas las formas variadas en que nos ataca. Egipto es siempre una imagen de la corrupción y profanación del mundo. Babilonia es la imagen del engaño del mundo y del gran engañador tras él, utilizando la falsa religión que lleva por el mal camino.
El cargo final en esta sección llama a la colonia de Tiro para que contemple la desolación del Señor sobre esta ciudad. El profeta pregunta por qué todo esto va a ocurrir. Es porque Dios desprecia el amor por los lujos, la lujuria por las comodidades y la búsqueda de las ganancias materiales, que es lo que representa Tiro en las Escrituras. Jesús dijo una vez que “lo que los hombres tienen por sublime, delante de Dios es abominación” (Lucas 16:15b). El pecado de Tiro es el materialismo craso, acumulando riqueza y tesoro tan sólo para esta vida, con poca preocupación por lo que ha de venir. Fue juzgada durante setenta años, después de la destrucción de Nabucodonosor el Grande.
Dios tiene una solución para el mundo, la carne y el demonio. Según vivimos en relación con Él, Él nos provee del poder y de la fuerza para derrotar al mundo, a la carne y, tras de ellos, al demonio. En estos pasajes Isaías describe en una forma maravillosa cómo nosotros también podemos contar con la presencia del Señor, el Santo de Israel, en medio de nosotros y diariamente podemos tener victoria sobre estos enemigos de nuestra fe.
Padre, estas palabras hablan de cómo el mundo realmente es, dejándolo al descubierto frente a mis ojos. He sentido lo atractivos que son el mundo y la carne. Gracias por mostrarme cuán destructivos pueden ser para mí, cómo no me puedo entretener en ellos, pero por el poder entregado a mí por el Señor Jesús y Su presencia en mi corazón tengo el poder para decirles que no a estas cosas y para andar en fe delante de Ti.
Aplicación a la vida
A diario estamos expuestos al conflicto y a la corrupción en todas partes mediante los medios de comunicación. ¿Estamos eligiendo participar en las soluciones de Dios en vez de perpetuar los problemas?