¿A quién se habrá de instruir? o ¿a quién se hará entender la doctrina? ¿A los destetados? ¿A los recién destetados? Porque mandamiento tras mandamiento, mandato sobre mandato, renglón tras renglón, línea tras línea, un poquito aquí, un poquito allá.
Isaías 28:9-10
Ésa es una bella descripción de cómo está escrita la Biblia. Al contrario de los libros teológicos, no hay un capítulo sobre el pecado, otro sobre el cielo, otro sobre ángeles, etc. La Biblia lo mezcla todo, intercalando una verdad con otra, dando principios equilibrados sobre la vida, “mandato sobre mandato, línea tras línea, un poquito aquí, un poquito allá”.
Este versículo describe la forma en la que podemos evitar ser presos del señuelo seductivo de la buena vida, caracterizada por Efraín en los versículos 1 al 3. ¡Estudia tu Biblia! Lee lo que dice Dios. Ve la vida como la ve Él. ¡Mira más allá de la fascinación de los anuncios de la televisión! ¿Te encuentras a veces queriendo más de los lujos de la vida, pensando constantemente de un coche nuevo, de una nueva casa, de avanzar en tu profesión? Estamos constantemente asediados por apelaciones a acumular “las cosas buenas de la vida”. Éste es el espíritu de la edad presente. Hay gran peligro en ello. Acuérdate de cómo dijo Pablo en Romanos 12: “No os conforméis a este mundo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento” (Romanos 12:2a). ¡Deja que tus pensamientos sean cambiados! Deja que la palabra de verdad transforme tu visión de la vida, para que veas la vida como realmente es. Ése es el camino de la liberación.
Nuestro Señor Jesús lo dijo muy bellamente en un versículo del sermón del monte: “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33). Muchos cristianos le han dado la vuelta a eso, dándose continuamente a los esfuerzos por avanzar, olvidando que deben poner las cosas de Dios en primer lugar. Pero debemos olvidarnos de los símbolos de status y de la acumulación de riquezas, y buscar primeramente la piedad: preocuparnos con ser hombres y mujeres piadosos justo donde estamos. La promesa es que entonces Dios nos confiará las cosas de la riqueza. Jesús dijo: “porque los gentiles se angustian por todas estas cosas, pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas ellas” (Mateo 6:32).
Gracias, Padre, por Tu Palabra. Ayúdame a ser obediente a Tu verdad, a ser un investigador de la revelación que Tú has dado, para que pueda ser más efectivo y poderoso en mi testimonio en este mundo.
Aplicación a la vida
¿Está siendo transformada nuestra peregrinación terrenal al metabolizar la verdad de la Palabra de Dios día tras día, paso a paso? ¿Estamos cada vez más contentos con las cosas buenas de Dios?