Después de algunos días, Pablo dijo a Bernabé: “Volvamos a visitar a los hermanos en todas las ciudades en que hemos anunciado la palabra del Señor, para ver cómo están”. Bernabé quería que llevaran consigo a Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos, pero a Pablo no le parecía bien llevar consigo al que se había apartado de ellos desde Panfilia y no había ido con ellos a la obra. Hubo tal desacuerdo entre ambos, que se separaron el uno del otro.
Hechos 15:36-39a
Aquí hay un desacuerdo entre Bernabé y Pablo que ha fascinado a muchos. No podían llegar a un acuerdo en cuanto a si debían llevarse al joven Juan Marcos con ellos de nuevo. Bernabé era su primo y quería darle al hombre joven otra oportunidad. Pero Pablo no quería correr el riesgo, porque la obra era tanto importante como peligrosa, y no pensaba que debieran llevar a alguien con el que no podían contar.
Así que leemos la triste nota: “Hubo tal desacuerdo” entre ambos. Muchos han dicho: “¿Cuál de estos hombres tenía razón?”. Ha habido muchos desacuerdos sobre eso, así que ha habido “tal desacuerdo” sobre si Pablo o Bernabé tenía razón. Pero eso no es realmente el tema. Ambos tenían razón. Uno de ellos estaba considerando la obra y el otro a la persona. Al considerar Pablo la obra tenía razón en decir: “No queremos a alguien que tiene la tendencia de ‘escurrir el bulto´”. Eso es exactamente lo que dijo. Y probablemente citó las palabras de Jesús: “Ninguno que, habiendo puesto su mano en el arado, mira hacia atrás es apto para el reino de Dios” (Lucas 9:62). Eso es correcto. El servicio cristiano es exigente, y aquellos que se dedican a él deberían estar preparados para llevarlo a cabo hasta el final, ya que la causa de Dios es herida por aquellos que se dan por vencidos a medio camino.
Por otro lado, Bernabé, aunque estoy seguro de que hubiera estado de acuerdo en la importancia de la obra, estaba considerando al joven hombre. Sabía que Marcos tenía dones. Seguro, había fallado, ¿pero quién no lo ha hecho? ¿Quién de nosotros no necesita una segunda oportunidad, no necesitamos que un espíritu de perdón sea ejercitado hacia nosotros, y la oportunidad de intentarlo de nuevo? Así que Bernabé estaba dispuesto a darle a Marcos una segunda oportunidad.
Esto indica un procedimiento muy normal y apropiado por el cual podemos saber la mente del Espíritu. Hay momentos en los cuales hay diferencias de visión que requieren una separación. La voluntad de Dios era que Bernabé tomara a Marcos y fuera a Chipre, porque Chipre, su lugar de nacimiento, no había sido visitado desde que las iglesias habían sido fundadas allí. Y era la voluntad de Dios que Pablo tomara a Silas y fuera a Siria y Cilicia, porque las iglesias allí necesitaban su particular ministerio. Pero no era la voluntad de Dios que fueran agudos en su desacuerdo. Su disputa no estaba bien. Era la voluntad de Dios que se separaran; no era la voluntad de Dios que riñeran. Hay momentos en los cuales el Espíritu de Dios guía a los cristianos a ir por caminos distintos. Pero deberían hacerlo con gozo y con un entendimiento de acuerdo que la mente del Espíritu ha sido expresada en sus puntos de vista divergentes.
Enséñame, Padre, cómo aplicar esta ayuda práctica. Cuando estoy en desacuerdo con otros, ayúdame a hacerlo de forma que no comprometa Tu verdad ni Tu amor.
Aplicación a la vida
¿Qué podemos aprender de la disputa entre Pablo y Bernabé? ¿Recibimos las opiniones de otros como amenazas a nuestro orgullo? ¿Honramos la obra de Dios en otros, incluso cuando tenemos opiniones divergentes?