Entonces algunos que venían de Judea enseñaban a los hermanos: “Si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés no podéis ser salvos”.
Hechos 15:1
En el quinto capítulo de Hechos está la historia de la traición del evangelio. Aquí aprendemos de la clara aparición de lo que sólo podemos llamar falso cristianismo. Nunca comprenderás el cristianismo hasta que no entiendas que siempre hay presentes, en cualquier reunión llamada cristiana, manifestaciones y representantes de tanto el verdadero como el falso cristianismo. Desafortunadamente, el falso cristianismo es creído por millones que creen que han entendido la verdad y rechazado la falsedad. Por lo tanto, sus mentes están cerradas a la verdad cuando se presenta. Aquí vemos la primera aparición de ese tipo de falso cristianismo que es aceptado sin pensar por millones de personas hoy en día.
Todo comenzó con la introducción de una herejía muy plausible y atractiva que vino disfrazada de cristianismo. Lucas dice que ciertos hermanos judíos, que ostensiblemente eran cristianos, bajaron desde Jerusalén a Antioquía. Vinieron entre los creyentes gentiles ahí, que acababan de salir del crudo paganismo, que habían sido idólatras, que habían sido devotos del libertinaje y de las prácticas sexualmente inmorales de los templos paganos. Estos gentiles habían estado sin esperanza en su visión hacia el futuro más allá de esta vida y sumidos en la desesperación y la oscuridad, pero entonces Dios los había salvado. Ahora se estaban regocijando en Cristo.
Pero estos hermanos judíos vinieron a ellos y dijeron, como los cita Lucas aquí, con las mismas palabras: “Si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos”. Esto introdujo un tema que dividió la iglesia de Antioquía. Estaban realmente diciendo: “Para poder convertirte en cristiano, debes primeramente convertirte en un judío. A menos que te conviertas en un judío, eres un cristiano de segunda clase, si es que eres cristiano”. Por consiguiente, retaron el evangelio de la gracia de Dios. Así que el primer conflicto interno en la iglesia fue sobre la raza y el ritual: sobre la cuestión de los judíos en comparación con los gentiles y sobre la circuncisión como una señal de aceptación.
Este tema específico nos ha pasado hace mucho tiempo y ya no es algo que nos preocupa, pero el principio detrás de ello está muy presente con nosotros todavía hoy en día. El enemigo simplemente ha cambiado los jugadores en el programa. Me acuerdo de cómo de estupefacto me dejó la respuesta que una pareja joven me dio cuando les sugerí que visitaran a otra pareja que era nueva en nuestra iglesia. Me miraron y me dijeron: “Oh no, no los quieres. No son nuestro tipo de personas”. Ésa es una negación de la universalidad de la iglesia y de su inclusión de todos tipos de edades y trasfondos y razas. No sólo gente sino también rituales a menudo se convierten en tema de contención hoy en día. Sustituye el bautismo por la circuncisión y traes el tema justo al día. Hay muchos que piensan que no puedes convertirte en un cristiano a menos que te bautices. Estos temas externos son el tipo de cosas sobre las cuales los cristianos se están dividiendo hoy en día. Y eso era lo que estaba ocurriendo en Antioquía.
Perdóname, Padre, por aquellos momentos en los que he negado la universalidad de la iglesia. Enséñame a aceptar y a acoger a aquellos que ponen su confianza en Ti.
Aplicación a la vida
¿Cuál es el primer reto serio al evangelio de la gracia en la iglesia primitiva? ¿Cómo continúan socavando el auténtico cristianismo los temas de raza y ritual en la iglesia y en nuestra experiencia personal?