Tomad el yelmo de la salvación...
Efesios 6:17
La metáfora de un yelmo sugiere que es algo designado para proteger la mente, la inteligencia, la habilidad de pensar y razonar. Este yelmo puede mantener nuestro pensamiento cuerdo y preservarnos de la confusión mental y la oscuridad. Cuando se mira al mundo en el que estamos viviendo, ¿hay algo que se necesite más desesperadamente que esto? ¿Hubo jamás algún tiempo en el que los hombres estuvieran más desconcertados que hoy, o en que los estadistas estuvieran más abiertamente confusos y lo admitieran con sinceridad?
¿Qué es este yelmo, esta protección, que mantiene nuestro pensamiento en orden en medio de un mundo tan confuso?
Es el yelmo de la salvación.
Él no está hablando de la salvación del alma.
No se está refiriendo a la salvación como regeneración o conversión.
No habla de la salvación como una decisión pasada que fue tomada una vez, ni siquiera habla de una experiencia presente, sino que está mirando al futuro.
Está hablando de la salvación como acontecimiento futuro.
Es exactamente a lo que se refiere en Romanos 13:11, cuando dice: ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos
.
El apóstol define este yelmo para nosotros más tarde, en su primera carta a los tesalonicenses: Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza de la fe y del amor, y con la esperanza de salvación como casco
(1 Tesalonicenses 5:8).
Aquí, la salvación es una esperanza, algo todavía en el futuro, algo todavía no poseído o cumplido enteramente. Pablo está hablando del día de la resurrección, del día del regreso de Cristo, el día en que la creación será liberada de su esclavitud, cuando Cristo retorne para establecer Su reino. Este yelmo es el reconocimiento de que todas las estrategias humanas para obtener la paz mundial están condenadas al fracaso. Pero, a través de estos fracasos, Jesucristo está llevando a cabo Su propio plan, que culminará con Su aparición otra vez y el establecimiento de Su propio reino en justicia sobre la tierra. Eso es el yelmo de la salvación que mantendrá su pensamiento cuerdo en medio de la confusión y la oscuridad.
El cristiano tiene un yelmo de salvación. Tiene el entendimiento de que Dios está llevando a cabo Sus propósitos y, por tanto, no se turba cuando los planes humanos van mal y todo falla. El cristiano ha aprendido a esperar guerras y rumores de guerras hasta el fin. Espera que abunden falsas enseñanzas y falsas filosofías. Sabe también que vivimos en un mundo loco, un mundo que está engañado por mentiras satánicas suaves y sutiles, deliberadamente diseñadas para resultar en la mutilación y la ruina de los cuerpos y almas de los hombres.
Padre, gracias por la certeza de que me mantengo en el poder y la fuerza de Dios y que mi esperanza no está en las endebles construcciones de los hombres sino en los eternos propósitos de un Dios vivo.
Aplicación a la vida
¿Veo la salvación como algo púramente del pasado, o reconozco que también es algo que espero con anhelo? Dedique tiempo a reflexionar en la salvación que está por venir.