Pues somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas.
Efesios 2:10
Fíjese el lector lo bien colocadas que están las “obras” en el lugar donde deben estar. Usted no puede obtener nada de Dios esforzándose por lograrlo. Usted no merece jamás otra cosa que no sea ser juzgado por la mano de Dios. Si Él nos diese lo que nos merecemos, acabaríamos todos en el infierno. No, nosotros recibimos Su gracia, Su misericordia y Su amor. Pero estos dan como resultado las buenas obras; eso es el propósito. Han sido diseñados para producir buenas obras, y es una manifestación maravillosa de la habilidad de Dios.
La palabra hechura es en realidad la palabra poema. “Nosotros somos Su poema”. Tal vez la mejor manera de expresarlo sería diciendo: “Nosotros somos Su obra maestra”. Dios está preparando y obrando en nosotros para que seamos una gran exhibición de Su sabiduría, de Su poder, de Su amor, de Su vida, de Su carácter, de Su paz, de Su gozo. Él nos está enseñando, nos está capacitando, nos está alentando, aplicando la pintura en los lugares apropiados, produciendo una maravillosa obra de arte para poder exhibirla. Esto debe dar como resultado las buenas obras: la amabilidad, el amor, la misericordia, la compasión, la ayuda mutua y el suplir las necesidades mutuas.
Pablo dice que Dios ha preparado estas obras de antemano. Yo experimenté una ilustración interesante al respecto. Uno de nuestros pastores internos viajó conmigo en avión a Albuquerque. Al ir a aterrizar el avión decidimos orar juntos. Yo no le había mencionado para nada este pasaje, pero me sentí impresionado por su manera de orar. Él dijo: “Padre, te doy gracias por las buenas obras que tienes ya preparadas para nosotros, esperándonos en Albuquerque, para que las podamos aprovechar y para que las podamos experimentar”. Y así fue: al llegarnos a Albuquerque comenzaron a manifestarse.
Había allí un misionero de la región del Amazonas en América del Sur que se sentía desanimado y profundamente turbado, hasta el punto de estar dispuesto a abandonar el ministerio. Por medio del ministerio que tuvimos allí, empezó a animarse de verdad y comenzó a ver de nuevo lo que podía hacer Dios. Vino a hablar con nosotros con su semblante iluminado y nos dijo: ―Voy a volver a mi actividad completamente revolucionado en lo que se refiere a mi enfoque, ya que ahora he aprendido cómo Dios obra.
Había un pastor joven que se estaba enfrentando con discordias en su iglesia y quería que alguien le aconsejase sobre cómo resolverlas. Dios hizo posible que las Escrituras se refiriesen a esa situación, dándole sabiduría y dirección para enfrentarse con el problema. Todas estas buenas obras habían sido preparadas de antemano, y lo único que nosotros tuvimos que hacer fue aprovecharlas.
¿Tiene usted alguna idea sobre cuántas buenas obras tiene Dios preparadas para usted? Están esperando que usted participe en ellas al caminar por la fe, dependiendo de Cristo. Las situaciones están ahí, listas y esperando que se meta usted en ellas. Es para ello que Dios le ha llamado a usted, y al hacerlo se convierte usted en una manifestación viva de la grandeza y gloria de Dios.
Padre, te doy gracias porque has preparado de antemano buenas obras para que las realice. Concédeme que pueda descubrir estas oportunidades y aprovecharlas al máximo en el poder de Tu Espíritu.
Aplicación a la vida
Antes de que salimos de nuestra casa, normalmente pensamos en el aspecto que tenemos. ¿Pensamos también en el plan que tiene Dios para nosotros hoy y cómo va a manifestarse por medio de nosotros hoy?