Si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores aman a los que los aman. Y si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores hacen lo mismo. … Amad, pues, a vuestros enemigos, haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y vuestra recompensa será grande, y seréis hijos del Altísimo, porque él es benigno para con los ingratos y malos. Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso.
Lucas 6:32-36
Estas palabras de nuestro Señor me obsesionan:
¿Qué estáis haciendo más que los demás?
¿Por qué no reaccionáis de manera diferente a los demás?
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Alguien ha dicho que a un cristiano se le juzga, no tanto por sus acciones como por sus reacciones.
No tanto por lo que planea hacer, como por lo que hace instintivamente en el impulso del momento, bajo la presión de una situación.
Esto es lo que revela lo que hay verdaderamente en la vida del cristiano.
Es hora de que nos tomemos en serio las palabras de nuestro Señor aquí.
Él claramente afirma que un cristiano ha de ser diferente, y se espera que sus reacciones sean diferentes de las de los demás.
Señala varias situaciones prácticas.
Si alguien es bueno con usted, no es ningún problema ser bueno con él.
O si la gente es agradable con usted, no tiene mérito corresponder siendo agradable.
¿Qué está usted haciendo más que los demás?
Pero, como Él señala, cuando ocurre lo contrario, cuando ellos son desagradables, ¿qué hace usted a cambio?
¿Cuando son crueles e insolentes con usted, cómo les responde?
¿Cuando usted les presta dinero y no se lo devuelven, entonces, qué?
¿Cuando usted invita a alguien y, en lugar de invitarle también, usted se entera de que ha contado algún rumor falso sobre usted a sus espaldas?
¿Que hace usted más que los demás?
es la pregunta de nuestro Señor.
La mayoría de los cristianos piensa que el testimonio consiste en hablar a alguien del Señor. La razón de que no tengamos un testimonio efectivo a menudo es porque lo hemos arruinado a causa de cómo somos, por cómo reaccionamos. El Nuevo Testamento dice poco acerca de hablarle a alguien sobre el Señor como testigos cristianos, pero dice muchísimo sobre nuestras reacciones como testigos cristianos. Las actitudes que mostramos en tiempos de presión, irritación, o cuando estamos tentados de perder los estribos o ser impacientes. Esto es lo que verdaderamente es un testimonio cristiano. Esto es lo que pavimenta el camino de las palabras que van después. Cuando la gente ve esa actitud cristiana inesperada, es cuando abren la puerta al testimonio.
Señor, aduéñate de mi corazón ahora, que pueda levantarme y estar firme en la fuerza que me has dado y deje de pedirte poder cuando ya me has dado poder. Ayúdame a comenzar a ejercitar lo que me has dado.
Aplicación a la vida
¿Cómo reacciona cuando alguien le trata de una forma que no esperaba? Pida al Espíritu Santo que le dé maneras de mostrar Su poder cuando esto ocurra.