Invocó Jabes al Dios de Israel diciendo:
Te ruego que me des tu bendición, que ensanches mi territorio, que tu mano esté conmigo y que me libres del mal, para que no me dañe.Y le otorgó Dios lo que pidió.1 Crónicas 4:10
Cuando leemos esta oración nos parece bastante egoísta al principio; está toda centrada en él mismo.
Que ensanches mi territorio, que tu mano esté conmigo y que me libres del mal, para que no me dañe.
Hay mucha cantidad de me
y mi
ahí.
Pero, si la miramos más de cerca, especialmente a la luz de su pasado de dolor, pienso que podemos ver que ésta no es una oración egocéntrica; es una petición agonizante de ayuda, a causa de una profunda consciencia de su propia deficiencia.
Necesito ayuda
, es lo que dice.
Está diciendo: Oh Dios, en medio de esta lamentable historia de vergüenza y pecado e impiedad que forman mi origen, Señor, haz algo por mí.
Sácame de esto, sácame de esta situación, ayúdame, líbrame
.
Es obvio que cuando Jabes ora es consciente de su necesidad de la provisión de Dios.
He aquí un joven que ha comprendido el hecho de que la prosperidad viene sólo de Dios; que las cosas en sí mismas no tienen valor a menos que Dios nos las dé; que si intentamos conseguirlas aparte de Él, se convierten en una maldición para nosotros.
Y él ora: Señor, entra en todo los aspectos de mi vida y bendícelos, y no los hagas una maldición sino una bendición para mí, y engrandéceme y quédate conmigo, pues Tú eres el secreto de la vida
.
También hay una consciencia de su necesidad de protección.
Él dice: Líbrame del mal, para que no me dañe
.
Se está volviendo a referir a esa lacra en el carácter de su familia, alguna debilidad hereditaria tal vez, que lo atormentaba y lo amenazaba, como a sus hermanos.
Dice: Señor, reconozco mi miedo ante esto.
¿Cómo puedo escaparme de este factor debilitante de mi vida, que amenaza con degenerar y desintegrar mi personalidad, como hizo con mi padre y mis hermanos?
.
Ora pidiendo protección contra esto, y creo que no puede haber una lección más grande que aprender que el hecho de que el mundo en que vivimos es tan suave en su sutileza que todos estamos expuestos, por la debilidad de nuestra herencia, a estas fuerzas disgregadoras que ciertamente nos atraparán, a menos que descansemos en la gracia protectora de Dios. Aquí tenemos a un joven que comprendió eso.
Dios oyó a Jabes y contestó su plegaria. He aquí un muchacho que comenzó desde lo más bajo de la sociedad, pero encontró su respuesta en Dios. La vida no tiene ningún sentido si no descubrimos que Dios es el secreto de su significado; que nuestra vida puede ser cambiada de curso de repente; súbitamente puede ser cambiada de dirección. Pues bien, usted está comprometido a seguir a Dios dondequiera que le guíe. Ése es el secreto de la plenitud y el enriquecimiento de la vida, y ésa es la lección que Jabes tiene aquí para nosotros.
Señor, concédeme que dependa de mi unión contigo para que me proveas y protejas, y que confíe en que Tú abrirás las puertas y me guiarás a una vida de plenitud.
Aplicación a la vida
¿Está dispuesto a pedirle a Dios que sea su único protector y rescatador, en lugar de apoyarse en sus propias habilidades o situación en la vida?