Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: “Conoce el Señor a los que son suyos” y “Apártese de maldad todo aquel que invoca el nombre de Cristo”.
2 Timoteo 2:19
En otras palabras, Pablo está diciendo a Timoteo que no se deje llevar por el pánico por los problemas en la iglesia. Reconoce que puede haber herejía en la congregación, que puede haber disensiones entre los miembros, y puede que Timoteo tenga que batallar en contra de ello, pero debe recordar: “el fundamento de Dios está firme”.
Esto es como una moneda de dos caras: el lado de Dios y el lado de los seres humanos. En el lado del Señor está: “Conoce el Señor a los que son suyos”. Es asombroso reconocer en los evangelios que Jesús sabía que Judas era un traidor desde el principio. Las Escrituras nos dicen que Jesús sabía antes de escogerlo que Judas era un demonio. Él conocía a los que eran Suyos y los que no lo eran. Pablo nos recuerda que la iglesia de Dios no va a ser alterada jamás o disminuida, ni siquiera por las herejías que pueda haber en nuestra contra, porque Dios conoce a los que le pertenecen.
El otro lado de la moneda es que las personas pueden conocer a aquellos que pertenecen a Dios cuando les ven apartarse de la maldad de la falsa doctrina y de la falsa enseñanza entre nosotros. Podemos sentirnos confiados en que aquellos que son cristianos acabarán por ver el error que representa y se apartarán de él; es en eso en lo que puede descansar nuestra fe.
Estas dos citas del versículo 19 han sido tomadas de la historia en Números 16 acerca de la rebelión de Coré, Datán y Abiram. Durante el tiempo que Israel estuvo vagando por el desierto, estos tres hombres desafiaron la autoridad de Moisés, diciendo: “¿Por qué escucháis a Moisés? Él no es diferente a lo que somos nosotros. Nosotros somos hombres de entendimiento como Moisés”. Lo que estaban realmente dando a entender es que el pueblo debía escucharles a ellos. Moisés llevó el problema al Señor, y el Señor le dijo: “Traedlos aquí; dejadme que yo los examine”. Coré, Datán y Abiram y sus familias estuvieron todos juntos. De repente, ante los ojos de toda la congregación, se abrió la tierra, y ellos cayeron en el pozo, y la tierra se cerró tras ellos. Dios dijo: “¿Tenéis más preguntas?”.
Sí, Dios sabe quiénes son los que le pertenecen, y Él tiene Su propia manera de tratar esta clase de cosa. El apóstol dice que los que son genuinos se apartarán de la iniquidad, que es la prueba de los verdaderos creyentes. Hay una vida en ellos que no les permitirá comprometerse con el mal y la iniquidad para siempre. Pero puede haber una lucha de larga duración. Yo he visto suceder esto, a veces durante un periodo de años, pero Dios no les permitirá continuar. Es preciso que abandonen por fin la falsa enseñanza porque ya no pueden continuar viviendo con ellos mismos. El apóstol Juan dijo: “Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros, porque si hubieran sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestara que no todos son de nosotros” (1 Juan 2:19). Ésa es la marca que animaría a Timoteo.
Padre celestial, ayúdame a recordar que puedo descansar en la seguridad de que Tú sabes los que son realmente Tuyos.
Aplicación a la vida
¿No es el principal motivo por el que dar gracias por nuestra fe, que por la gracia podemos estar en Cristo? Aquellos que son genuinos se apartan de la iniquidad en gratitud por la asombrosa gracia.