Sacrifica a Dios alabanza y paga tus votos al Altísimo.
Salmo 50:14
¿Qué es lo que quiere Dios de nosotros? No quiere que sencillamente cantemos himnos, aunque eso está bien. Tampoco quiere sólo oración, aunque también eso está bien. No quiere sencillamente nuestra asistencia, aunque eso está bien. Lo que Él quiere, para empezar, es un corazón agradecido. Eso es lo que Él busca: un corazón agradecido. Cada uno de nosotros debemos ofrecerle el sacrificio de la acción de gracias. Un sacrificio es algo que nos obliga a realizar un esfuerzo, es algo que nos cuesta. ¿Se ha preguntado usted alguna vez por qué las Escrituras enfatizan tanto el dar gracias? Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento enfatizan esto por encima de cualquier otra cosa: Dios desea nuestra gratitud. “Dad gracias en todo”, dice el apóstol Pablo. “Dad gracias en todo, porque ésta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús” (1 Tesalonicenses 5:18). ¿Por qué es esto? Esto es debido a que el dar gracias sólo sucede como resultado de haber recibido algo. Usted no da gracias hasta que no haya recibido algo que viene de alguna otra persona. Por lo tanto, el dar gracias es la expresión apropiada del cristianismo, porque el cristianismo está recibiendo algo constantemente de Dios.
Como es natural, si no ha recibido usted nada de Dios, entonces no tiene usted nada por lo que darle gracias a Él. Aunque asiste usted al culto, no tiene usted realmente nada que decir. Dios es realista; no desea una expresión falsa de gratitud. Sé que hay ciertas personas (y resulta muy difícil vivir con ellas) que creen que el cristianismo representa pretender sentirse agradecido. Creen que lo que quiere decir es hacer que nuestro rostro sonría y hacer como que los problemas no le preocupan a usted. Ésa es una forma de cristianismo de lo más dolorosa. Dios no quiere que usted se dedique a gritar: “¡Aleluya, tengo cáncer!”, pero hay algo respecto a tener cáncer por lo que dar gracias, y eso es lo que Él quiere que vea usted. Hay algunos aspectos de esto que revelan un propósito, un significado y una razón. Dios quiere que vea usted esto: lo que Él puede hacer con esta situación y cómo puede usted sentirse agradecido. La acción de gracias es la primera cosa que Él quiere en la adoración.
La segunda cosa es una voluntad obediente: “paga tus votos al Altísimo”. Fíjese usted en la clase de obediencia que representa esto. No es algo que fuerzan sobre usted; es algo que ha escogido usted para sí mismo. Un voto es algo que decide usted hacer, una promesa que hace usted por una verdad que ha visto. Usted dice: “No lo había visto de ese modo antes. Realmente debería hacer algo al respecto. Con la ayuda de Dios, voy a hacer tal y tal cosa”. Eso es un voto. Dios dice: “Yo no te estoy pidiendo que hagas cosas que todavía no has descubierto que son importantes. Pero cuando hayas prometido algo, cúmplelo, actúa sobre ello, obedécelo”.
Señor, te ofrezco ahora mismo el sacrificio de acción de gracias. Te doy gracias que Tú estás obrando para bien tanto en mí como por medio de mí. Concédeme que pueda obedecer a Tu verdad con un corazón agradecido.
Aplicación a la vida
Podemos derrochar muchas energías quejándonos, no bendiciendo a nadie. ¿De qué manera podemos enfocar mejor nuestros pensamientos, para que podamos tener una actitud de gratitud sean cuales fueren las circunstancias?