El que fue sembrado en pedregales es el que oye la palabra y al momento la recibe con gozo, pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza.
Mateo 13:20-21
¿Qué le pasa a este corazón?
Que es rocoso.
Eso no significa que sea un terreno lleno de piedras.
La idea aquí es que hay unos cuantos centímetros de mantillo superficial sobre una gran extensión de roca.
La clave que nuestro Señor nos da aquí es que no tiene raíz
.
Nosotros llamaríamos a esto una vida superficial, una que revolotea de acá para allá, de una experiencia a otra, nunca contenta con algo por mucho tiempo. Todos conocemos a gente así.
Sus corazones están siempre merodeando, inquietos, investigando, palpando.
Ustedes han conocido a gente así: seguidores de modas, entusiasmados por el evangelio esta semana (¡Oh, esto es maravilloso!
), y la semana siguiente lo será la vitamina Z, o cualquier otra cosa.
La palabra que nuestro Señor usa para describir esta clase de persona es, literalmente: estacional
.
Cuando es la temporada de creer en el evangelio, ellos lo creen.
Hay mucha gente como ésa que está siendo alcanzada ahora; entre los miles de jóvenes que están acudiendo a Cristo, hay muchos que son igualitos que estos. Pero, cuando la estación cambie desistirán enseguida; no continuarán; se alejarán. Son de una temporada. Viven en la superficie; son emocionales, sin profundidad en sus vidas; nada les llega profundo al corazón. Cuando el evangelio llega a esta clase de personas, lo reciben con alegría; piensan que es lo mejor que les ha pasado jamás; ¡están entusiasmados! Pero, cuando cambia la estación, y la tribulación y la persecución llegan, cuando ya no es un día cálido y glorioso para la Palabra, sino que se vuelve frío y gélido, inmediatamente se marchan. Se marchitan y mueren.
Así ilustra nuestro Señor el terrible peligro de un corazón superficial, que no quiere reflexionar y profundizar, sino que siempre vive en la superficie, siempre pendiente del suceso del momento y preocupado sólo con eso. El diablo se ocupó de la primera clase de tierra, pero la carne se ocupa de esta clase. Las estaciones emocionales de la vida hacen muy difícil para estos agarrarse a la Palabra de Dios, que transforma el corazón.
Señor, líbrame de un corazón insustancial, que sólo vive en la superficie. Gracias porque ya no soy alguien gobernado por la carne. Tu espíritu ha entrado en mí para ayudarme y enseñarme y transformarme en la persona que quieres que sea.
Aplicación a la vida
¿Es mi fe “estacional”? ¿Se basa puramente en la emoción? ¿Es mi fe lo bastante resistente como para soportar las pruebas y las desilusiones?