Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús.
2 Timoteo 3:14-15
En este pasaje, Pablo resume el proceso por el cual las Escrituras se graban en nuestras mentes.
Le dice a Timoteo: Persiste tú en lo que has aprendido
.
Eso es lo primero que hay que hacer con la Biblia: aprender lo que dice.
Timoteo tenía sólo el Antiguo Testamento y, quizá, sólo unos cuantos libros de lo que llamamos el Nuevo Testamento.
Pero tenía la Palabra escrita de Dios, y Pablo le mandó que aprendiera lo que ella tenía que decir.
Esto requiere una lectura repetida. No hay otra manera en la que uno pueda acceder al pensamiento de Dios excepto leer con regularidad la Palabra de Dios. En la Biblia Él ha condescendido a darnos Sus pensamientos sobre todo lo que se refiere a nosotros, al mundo en que vivimos, los tiempos que nos sobrevendrán, y la ética y la moral de nuestro comportamiento. Usted pensará de forma diferente sobre sí mismo y los demás; contemplará a su esposo, o su esposa, y a sus hijos de una manera totalmente distinta. Verá la búsqueda frenética de la riqueza y el placer con una luz diferente. Usted tomará decisiones sobre una base totalmente diferente. Este Libro alterará drásticamente el modo en que se comporta.
Timoteo no sólo aprendió estas cosas; también las creyó.
Pablo dice: Persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste
(2 Timoteo 3:14b).
Timoteo actuaba en base a lo que había aprendido.
Usted no cree realmente algo hasta que lo practica.
Santiago nos dice que no seamos solamente oidores de la Palabra, sino también hacedores (Santiago 1:22).
No hace ningún bien simplemente decir que cree en la Biblia de cabo a rabo.
Haga lo que dice.
Practique la verdad; actúe en consecuencia.
El proceso comienza con la instrucción de la mente, luego con el convencimiento total del corazón y después con practicar lo que cree.
Hubo dos factores aquí que ayudaron a Timoteo a creer en las Escrituras: Primero, las Escrituras llegaron a él a través de ciertas personas que amaba y en las que confiaba. Es mucho más fácil creer lo que la Biblia dice cuando nos llega a través de personas en las que confiamos. El segundo factor es que ésta llegó a Timoteo a una edad muy temprana. Los padres no deberían descuidar ese punto de atención. La infancia es un tiempo maravilloso para poner la verdad de las Escrituras en el corazón de un joven.
El resultado de aprender y creer las Escrituras es salvación por la fe en Cristo Jesús
.
El efecto de las Escrituras es que nos salvan, nos transforman, nos libran de la cuesta abajo que es evidente en todas las vidas que no están en contacto con la Palabra de Dios.
Todo el mundo comienza su vida con ciertas esperanzas, sueños e ideales, pero a menos que tengan la guía de las Escrituras, inevitablemente se encontrarán, no avanzando, sino alejándose de los altos ideales con los que empezaron.
Éste es, sin duda, el destino de aquellos que no tienen las directrices de las Escrituras.
Gracias por las Escrituras, Señor, y gracias por aquellos que me las han enseñado. Ayúdame a sumergirme en ellas, a actuar según la verdad que encuentro ahí y a comunicarlas a aquellos que has confiado a mi cuidado.
Aplicación a la vida
¿Estoy persistiendo en lo que he aprendido? ¿Estoy creciendo en mi conocimiento y aplicación de las Escrituras? ¿A quién ha puesto Dios en mi vida para que las comparta?