La palabra de Dios es viva, eficaz y más cortante que toda espada de dos filos: penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
Hebreos 4:12
Las Escrituras no necesitan que las defiendan, sino simplemente que las declaren.
La máxima clásica de Charles Spurgeon lo expresa contundentemente.
Él decía: La Biblia es como un león.
¿Quién oyó alguna vez que se defendiera a un león?
Sencillamente déjenlo suelto y se defenderá a sí mismo
.
Y eso harán las Escrituras.
Hubo un tiempo en que yo pensaba que la apologética, la ciencia de la defensa de las Escrituras, era necesaria para contestar a los escépticos.
Yo solía recurrir a la arqueología, a la lógica o a las confirmaciones científicas de las Escrituras, para intentar convencer a un escéptico de que la Palabra era verdad.
Pero ahora sé que la apologética puede ser muy útil para un cristiano que se enfrenta a problemas de verosimilitud, pero es casi totalmente inútil para atraer a un escéptico.
Solía abordar a tales personas con la pregunta: ¿Cree usted que la Biblia es la Palabra de Dios?
. Si ellos decían: Sí, lo creo
, entonces yo sabía cómo proceder a partir de ahí.
Pero, cuando ellos me decían: No, no lo creo
, yo ya no sabía qué decir luego.
¿A dónde acudir si la gente rechaza lo que usted debe usar como fuente de autoridad?
Pero ahora sé que era un error hacer esa pregunta en primer lugar. ¿Cómo podía yo esperar que ellos creyeran la Palabra de Dios? Es solamente el cristiano el que puede tener la evidencia necesaria de que la Palabra es de Dios, pues ha creído en grado suficiente como para ponerla a prueba. Por tanto, es una equivocación hacer que el entero asunto de la inspiración de las Escrituras sea una verdad que alguien debe creer antes de poder convertirse en cristiano. Es como poner el carro delante del caballo. No, todo lo que se necesita es usar las Escrituras. Son la Palabra de Dios; ellas se confirmarán a sí mismas. Éstas tienen en sí mismas una autoridad inherente.
La predicación y exposición de la Biblia establecen su autoridad. No necesitamos defenderla, sólo declararla y proclamarla. Nada explica la situación del mundo como lo hace la Biblia. Ninguna filosofía vigente hoy día capta el significado de los asuntos internacionales como las Escrituras. Sólo a la luz de las Escrituras uno puede entender el proceso total de la historia. Un argumento poderoso y convincente de que este libro es más que humano es el mismo hecho de que en este antiguo libro, que nos llega a través de unos instrumentos tan endebles y humanos, tengamos lo que, veinte o más siglos después, es una explicación apropiada de las cosas que están teniendo lugar en nuestro tiempo.
Padre, ¡qué maravilloso es tener Tu Palabra en mis manos, y qué tragedia sería que la dejase sin abrir! Ayúdame a darme cuenta de que en ella, por medio del Espíritu, me has dado conocimiento para enfrentarme a cualquier filosofía engañosa de nuestro mundo actual. Amén.
Aplicación a la vida
¿Intenta usted defender la Palabra de Dios, o simplemente la deja que se confirme a sí misma? Encuentre hoy una oportunidad para usar las Escrituras y observarlas hacer su obra poderosa.