Fue terminado, pues, el muro… Cuando lo oyeron todos nuestros enemigos, temieron todas las naciones que estaban alrededor de nosotros; se sintieron humillados y reconocieron que por nuestro Dios había sido hecha esta obra.
Nehemías 6:15-16
Incluso sus enemigos tuvieron que admitir que Dios estaba obrando en las vidas de Su pueblo y Él era lo que explicaba su asombroso éxito. ¡Todo este proyecto fue completado tan sólo en cincuenta y dos días! Nehemías se había marchado de Persia en Abril, y le llevó varios meses viajar a Jerusalén. Pero, a pesar de ello, el 2 de octubre del año 445 a.C. el muro quedó completado. Acabaron el trabajo en cincuenta y dos días, porque pusieron sus mentes y sus hombros en la tarea, y esperaron en Dios para la sabiduría y el poder que hiciese posible el proyecto. “Cuando nuestros enemigos se enteraron de esto perdieron la confianza en sí mismos y se dieron cuenta de que estaban luchando contra Dios mismo”, dice Nehemías. ¡Qué preciosa imagen del poder del testimonio cristiano en una comunidad! Incluso sus enemigos deben de estar de acuerdo con que Dios está obrando entre ellos.
Pero los enemigos no habían acabado. Fíjese usted cómo continúan haciendo uso de sus tácticas de oposición. Tobías se había casado con una israelita. Aprovechándose de la relación, estaba intentando minar la influencia de Nehemías sencillamente valiéndose de habladurías.
El demonio no se da nunca por vencido. No va a renunciar jamás mientras permanezcamos con vida. Incluso aquellos cristianos que han vivido durante más de setenta años le dirán a usted que la batalla sigue siendo igualmente intensa, en ocasiones incluso más, de lo que jamás lo fue. Los cristianos no pueden esperar que acabe la batalla hasta que el Señor los llame a la gloria, porque ésa es la naturaleza de la vida.
Dios tiene maravillosas bendiciones y un gran estímulo y gozo para nosotros durante nuestra vida, pero nosotros no debemos nunca dejar de luchar en contra del mundo, la carne y el demonio hasta que lleguemos al hogar. No espere usted que sus días de retiro no sean días difíciles o de lucha. Eso es lo que busca el mundo, y ésa es una visión confusa y distorsionada de la vida, pero no es la nuestra. Los enemigos no se darán nunca por vencidos. Si no pueden minarnos por medio del temor y de los halagos, intentarán hacer uso de las habladurías y de los falsos rumores. Esto es lo que nos demuestra Nehemías.
Padre, enséñame a sentirme agradecido por las victorias conseguidas, pero a no mostrarme nunca complacido, como si la batalla se hubiese acabado.
Aplicación a la vida
En nuestras actuales circunstancias, ¿podemos esperar que cese la oposición del mundo, de nuestras antiguas costumbres y el ataque del demonio? ¿De qué manera hace posible la fe en Jesús que tengamos la victoria?