Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no nos defrauda…
Romanos 5:3-5a
Para tener un hogar sólido, es necesario afrontar las dificultades.
Uno de los más mortales enemigos de un hogar afortunado es la actitud que los padres a veces toman y que es: No quiero que mis hijos pasen por lo que yo tuve que pasar.
Voy a facilitarles las cosas; voy a dejar que tengan las cosas que yo nunca tuve
.
Pero es muchísimo mejor sufrir dificultades que hacer la vida tan fácil que no haya dificultades en absoluto, pues nada destruye más el carácter que la ausencia de lucha en la vida humana.
Estoy convencido de que la mayor fuente de debilidad en nuestros hogares cristianos es el deseo de los padres de evitar que los hijos cometan errores.
Pensamos que si podemos guardarlos de cometer errores hasta que crezcan, no cometerán ningún error en absoluto; pero esto es una falacia.
Lo que ocurre es que crecen sin ningunas defensas para afrontar las tentaciones y cometen errores por todas partes, todos los días, y no tienen forma de superarlos.
La gloria de la manera en que nuestro Señor trataba a Sus discípulos es ver cómo les dejaba cometer errores y experimentar dificultades.
¿Recuerdan lo que le dijo a Pedro un día?: Simón, Simón, Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo
(Lucas 22:31).
Evidentemente él le había concedido permiso a Satanás para zarandear a Pedro, tentarle y probarle.
Y dijo: Pero yo he rogado por ti, para que tu fe no falte
.
Él se plantó, en sentido figurado, con los brazos cruzados y dejó que Pedro bajara al molino triturador de la tentación y que experimentara esa horrible presión, hasta que negó a su Señor y maldijo y juró y huyó en la noche.
Pero, cuando volvió, lo hizo arrepentido y listo para escuchar.
¿Qué es la disciplina? Es un combate programado. Un atleta se disciplina a sí mismo poniéndose ciertos obstáculos y oponiendo ciertas fuerzas a su cuerpo, luchando contra viento y marea, para poder disciplinar su cuerpo y hacerlo así más eficiente. Eso es la disciplina. Por tanto, un padre o madre que priva a sus hijos de la sabia y amorosa disciplina está destruyendo a esos niños, está debilitándolos, está socavando sus cimientos y haciendo imposible que crezcan en fortaleza. El carácter sólo se construye en el combate. Las Escrituras dicen que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no nos defrauda. Es decir, cuando usted llega al final del proceso, hay algo de lo que sentirse orgulloso, algo de lo que alegrarse, y para eso es para lo que sirve la tribulación. Afrontar dificultades es parte de la vida y, aunque es necesario que se controle en el hogar, sin duda debería introducirse con el fin de desarrollar el carácter. Por eso, la disciplina sabia es una expresión de amor.
Gracias, Señor, por cómo has permitido que experimente dificultades y fracasos, con el fin de que profundice en mi camino contigo. Concédeme la sabiduría de dejarte que hagas ese mismo trabajo en las vidas de mis seres queridos.
Aplicación a la vida
¿Dejo que mis seres queridos cometan errores y experimenten las consecuencias?