Se las repetirás a tus hijos, y les hablarás de ellas estando en tu casa y andando por el camino, al acostarte y cuando te levantes. Las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; las escribirás en los postes de tu casa y en tus puertas.
Deuteronomio 6:7-9
¿Cuándo y cómo enseñamos a nuestros hijos?
Fíjese que empieza diciendo: les hablarás de ellas estando en tu casa
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¿Cuándo está usted en su casa?
A la hora de la comida, cuando la familia está junta.
La comida y la charla van naturalmente juntas.
Nada ayuda más a la conversación que sentarse alrededor de una mesa llena de comida y charlar.
¿Por qué muchas familias cristianas frecuentemente están en silencio alrededor de la mesa? La gente está absorta en sus propios pensamientos o con sus teléfonos; intentan tragarse la comida y dejar la mesa tan rápido como sea posible. He llegado a la conclusión de que eso es una señal de que los padres son perezosos, o de que los hijos tienen miedo —lo uno o lo otro—, padres que no han procurado explicarles la vida, que no han pensado en cómo hacer que su conversación en la mesa sea interesante, o que han convertido la reunión familiar en la mesa en un momento de juicio y críticas, de modo que, incluso cuando los hijos se han animado a hablar y lo han hecho, se han encontrado con condenas a lo que han compartido, y así han aprendido a guardar silencio.
Luego Moisés dijo que también se debería hablar de estas cosas andando por el camino
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Eso nos lleva fuera de la casa, al mundo, a la naturaleza y a las relaciones sociales.
No hay nada como la naturaleza para exponer la verdad sobre Dios.
Eso da a la vida una sensación de asombro y misterio.
Dios quiere siempre que nosotros veamos todas estas cosas maravillosas de la naturaleza que nos rodea con una mirada nueva, de modo que iluminen nuestra vida.
Es necesario que nosotros, como padres, busquemos momentos apropiados para enseñar.
¡Qué fácil es dejarlos pasar!
Moisés después dice: al acostarte
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¿Qué padre no ha visto que la noche es un tiempo para relacionarse con los hijos sin trabas, especialmente en lo que se refiere a las cosas de Dios?
La noche es el momento de ser agradecidos.
Es un tiempo para enseñar a los niños cómo lidiar con la ira y el resentimiento, y cómo perdonar y ser perdonados.
No hay en la vida una lección más importante que ésa, porque la culpa nos acosa, y, si no aprendemos a gestionar la culpa, vamos a estar desazonados.
Así que, éste es el tiempo de enseñar a los hijos que la culpa necesita una identificación honesta del problema y una aceptación plena del perdón de Dios.
Finalmente, Moisés dice que se hable de Dios cuando te levantes
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Ésta es la manera de empezar el día apropiadamente.
Los niños necesitan una sensación de seguridad al comenzar el día.
Por tanto, se les debería expresar afecto por la mañana en un intento deliberado de hacer que los miembros de la familia se sientan a gusto y aceptados.
Pero también necesitamos la sabiduría de las Escrituras.
También es útil tener una breve, pero bien pensada, exposición de las Escrituras por la mañana, quizás un pasaje o quizás sólo un versículo.
La clave de este pasaje es que el hogar cristiano debería ser un lugar donde Dios esté presente como la sal está presente en el mar, en todas partes, donde sea natural y normal hablar de Él, relacionarse con Él, ponerse a orar a Él en cualquier momento. Si así es como son nuestros hogares, entonces no será difícil enseñar a nuestros hijos a amar a Dios y a considerarlo de suprema importancia en sus vidas y, cuando salgan al ámbito siempre creciente de la experiencia, que tengan un fundamento profundo, fuerte y duradero porque está basado sobre Dios mismo.
Señor, dame la sabiduría y la gracia de saber cómo enseñar bien a mis hijos. Gracias por Tu promesa de perdón y restauración. Amén
Aplicación a la vida
¿Estoy aprovechando al máximo las oportunidades que cada día trae de enseñar a mis hijos sobre Dios y Sus caminos?