Jesús le dijo: “Levántate, toma tu camilla y anda”. Al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su camilla y anduvo.
Juan 5:8b-9a
Fíjese usted en que lo primero que Jesús le dijo al hombre que hiciese es lo que él no podía hacer, lo que llevaba intentando hacer 38 años. ¿Sobre qué base le dice Jesús estas palabras a este hombre? De alguna manera él sintió cuál era la base y es posible que estuviese pensando: “Si este hombre me dice que me ponga en pie (y yo no puedo hacerlo), debe de significar que él tiene la intención de hacer algo para hacerlo posible”. De este modo su fe se transfiere de sus propios esfuerzos a Jesús: “Él debe hacerlo; yo no puedo”. Evidentemente este hombre debió de hacerse un razonamiento por el estilo: “Si este hombre me va a ayudar, tengo que decidir hacer lo que él quiere que haga”.
Ésta es una clave crítica que muchos pasan por alto cuando están intentando conseguir la ayuda de Dios. Hay siempre algo que Dios les dice que deben creer y hacer, algo sobre lo cual actuar. Ésta es una palabra de acción. Jesús no dice: “Intenta fortalecer tu fe en tu mente, intenta fijar tus pensamientos en esto o en lo otro”. Él les dice que hagan algo concreto: “¡Levántate! Ponte en pie!”. Evidentemente era la voluntad de Jesús que este hombre hiciese lo que Él le había dicho que hiciese, y el momento en que la voluntad de este hombre estuvo de acuerdo con la voluntad del Señor, el poder estuvo ahí. No sé si este hombre sintió algo o no. Todo lo que sé es que esa fuerza se introdujo en sus huesos y en sus músculos, y pudo ponerse en pie.
¿Qué pasó entonces? El Señor no dijo simplemente: “Levántate”; le dijo: “toma tu camilla y anda”. G. Campbell Morgan afirma que Jesús dijo esto “con el fin de evitar que se produjese una recaída”. Es posible que el hombre se dijese a sí mismo: “He sido sanado, pero más me vale dejar mi camilla aquí porque es posible que la necesite mañana”. Si él hubiese dicho esto, hubiese estado de regreso al día siguiente; pero no lo hizo. Jesús dijo: “toma tu camilla” con la idea de que se deshiciese de ella. Con estas palabras está diciendo algo muy importante a las personas que tienen necesidad de ser sanadas: “No hagáis provisión en el sentido de que regreséis a lo que habéis hecho”. Son muchas las personas que fracasan en este sentido. Dejad el pasado atrás; eliminad cualquier posibilidad de volver a lo mismo. Informad a alguien de la nueva decisión que habéis tomado, de manera que sirva de ayuda para manteneros firmes en esa decisión. Esto es muy importante. Muchas personas han sido tocadas por Dios, libradas de alguna actitud interna, habiendo sido liberadas de un espíritu interior de amargura o de lo que sea, pero luego han permitido volver al pasado de nuevo, encontrándose exactamente donde estaban antes. Nuestro Señor sabe de lo que está hablando: “toma tu camilla”.
Y a continuación le dice: “anda”. No esperes que nadie te lleve en sus brazos; anda. Muchas personas quieren que alguien les lleve después de haber sido sanadas. Esperan que todo el mundo se reúna alrededor de ellas y que les ayuden a salir adelante, que es un motivo corriente de fracaso. Pero si Jesús le concede a usted el poder de levantarse, Jesús es quien puede concederle a usted el poder para caminar todos los días. Esto es algo muy importante que tener en cuenta entre usted y el Señor. No ponga usted sus ojos en sus amistades ni en sí mismo, sino en Él.
Señor Jesús, yo soy exactamente como tantas personas que se encuentran junto al estanque de Betesda, esperando ser sanados, intentando de diferentes maneras y por diferentes medios, con la esperanza de que alguien les ayude. Yo todavía no he escuchado esa voz maravillosa que me dice en lo más hondo de mi corazón: “Levántate, toma tu camilla y anda”. Concédeme que pueda hacerlo desde este momento en adelante.
Aplicación a la vida
¿Deseamos nosotros ser sanados de cualquier impedimento que nos impide gozar de salud espiritual y sentirnos realizados? ¿Estamos nosotros creando vidas con impedimentos, sin fruto, mientras que Jesús nos llama y nos dice que nos levantemos y que andemos en el poder de Su presencia?