Aconteció que después que habló Jehová estas palabras a Job, Jehová dijo a Elifaz, el temanita: “Mi ira se ha encendido contra ti y tus dos compañeros, porque no habéis hablado de mí lo recto, como mi siervo Job”.
Job 42:7
Tal vez nos sintamos sorprendidos porque en dos ocasiones en este relato Dios afirma que Job tenía razón en lo que había dicho acerca de Él. Nosotros no hemos visto nunca ningún reconocimiento hasta el momento de que Job hubiese dicho cosas que estaban bien. De hecho, la mayor parte del libro tiene el propósito de destacar que Job estaba equivocado en su actitud acerca de Dios. Aunque tanto Job como sus amigos dicen algunas cosas maravillosas que son verdad acerca de Dios y hay grandes pasajes brillantes y gloriosos que muestran algo de Su poder, belleza y sabiduría, Job mismo admitió que había hablado con ignorancia e insensatez y se arrepiente de esto colocando su mano sobre su boca. De manera que es bastante sorprendente que Dios admita dos veces que Job había dicho lo que estaba bien acerca de Él.
¿De qué manera dijo lo que estaba bien? Primero, cuando Job no pudo ver el pecado en sí mismo, de hecho acusó a Dios de ser injusto, pero el momento en que Dios le mostró el pecado que está todavía profundamente arraigado en su corazón, se arrepiente de inmediato. No hay duda alguna ni argumento, ni se defiende a sí mismo. Admite de inmediato que el problema lo tiene él, no Dios.
En segundo lugar, Job es siempre sincero respecto a los hechos, tal y como él los vio. No los vio con demasiada claridad, y hay cosas acerca de él mismo y acerca de la manera que Dios gobierna el universo que él no había entendido, pero en lo que sí había entendido, fue siempre honesto. No distorsionó ni torció los hechos con el fin de que encajasen con una teología inadecuada.
En tercer lugar, llevó su problema a Dios, aunque Dios era su problema. Esto es algo admirable en Job. Usted recordará que a lo largo de todo el relato está constantemente haciendo oración. Por el tormento y la angustia que siente, acaba siempre presentando su queja ante Dios. Los amigos no oran nunca por Job. No piden nunca a Dios que alivie sus sufrimientos; nunca piden ayuda o sabiduría o entendimiento por su parte. Sencillamente ignoran todo contacto con el Dios viviente, pero Job está continuamente clamando ante Dios y trayéndole sus problemas, su desconcierto y su confusión al Señor mismo, pidiéndole sabiduría y ayuda.
Finalmente, cuando Job se arrepiente, declara sin reserva alguna que Dios es Dios, que Él es santo, sabio, justo y bueno, incluso cuando parece ser de otro modo. Para concluir, ésa es la más elevada expresión de la fe, que no confiamos en nuestras observaciones humanas respecto a lo que está sucediendo. Entendemos las limitaciones de nuestra humanidad y no damos por sentado que tenemos todos los hechos, de manera que podamos condenar y juzgar a un Dios santo. Eso es lo que hace Job; dice que Dios es justo y santo en todo lo que hace.
Señor, incluso cuando no puedo entender lo que Tú estás haciendo, ayúdame a decir lo que es justo respecto a Ti y traer mi carga ante Ti como el Único que puede sostenerme.
Aplicación a la vida
Dios puede usar el dolor para profundizar nuestra comprensión superficial de quién es Dios en realidad. ¿Reconocemos nosotros la diferencia entre sencillamente saber acerca de Dios y realmente conocerle?