Tomó, pues, Jeremías otro rollo y lo dio a Baruc hijo de Nerías, escriba; y escribió en él, dictadas por Jeremías, todas las palabras del libro que quemó en el fuego Joacim, rey de Judá. Y aun fueron añadidas sobre ellas muchas otras palabras semejantes.
Jeremías 36:32
El juicio vino en contra de Joacim no simplemente porque había actuado tontamente al quemar las Escrituras, sino a causa de la condición del corazón que esa acción había revelado. Esto se nos da en una ardiente frase en el versículo 24: “No tuvieron temor ni rasgaron sus vestidos, ni el rey ni ninguno de sus siervos que oyeron todas estas palabras”. Los hombres habían perdido su temor de Dios. Y cuando una nación o un pueblo o un individuo pierde su temor de Dios, van de camino a la destrucción. Ya que el temor de Dios está basado sobre el poder soberano que Él ejercita en la vida. Estos hombres mostraron que eran estúpidos e insensatos, quienes habían perdido enteramente su sentido de la realidad, porque habían perdido el temor de Dios.
Hay un gran factor que se revela en todas partes ―en las Escrituras, en la historia, y hasta en la naturaleza― que ha sido llamado “la ley de la retribución”. Eso es, hay una consecuencia inevitable por hacer el mal, y no hay forma de escaparse de ello. Hasta un ateo que no cree en Dios para nada debe de admitir que cuando examinamos las leyes de la naturaleza está enfrentado con la conclusión de que u obedeces las leyes de la naturaleza y vives o las desobedeces y mueres. Y el hombre es incapaz de cambiar eso. Estamos en las manos de fuerzas mayores de lo que somos nosotros, y todo en todas partes testifica de esto. Es por eso que aprendemos a respetar las leyes de la electricidad. No se te ocurre hacer el tonto con 10,000 voltios de electricidad potencial, pensando que te vas a inventar las leyes según te parezca. Más te vale aprender lo que son primero, ya que las desobedeces a tu propio riesgo y muerte.
Esto es lo que Dios ha implantado en cada parte de nuestra vida. Qué tonta y completamente estúpida es la persona que busca ignorar este hecho. Dios requiere de cada nación que haya un reconocimiento de este gobierno soberano de los hombres y la ley de retribución para la maldad. La historia ha testificado repetidamente que Dios siempre cumple lo que dice que va a hacer. Dios gobierna en los asuntos de los hombres. Napoleón, en la altura de su carrera, dijo una vez muy valientemente: “Dios está del lado del que tiene la artillería más pesada”, su respuesta cínica a alguien que le había preguntado si Dios estaba de parte de Francia. Entonces llegó la batalla de Waterloo, donde perdió tanto la batalla como su imperio. Años más tarde, en exilio en la isla de Santa Helena, escarmentado y humillado, Napoleón dijo: “El hombre propone; Dios dispone”. Ésta es la lección con la cual la vida busca enfrentarnos. Dios es capaz de obrar Su soberana voluntad a pesar del hombre. Por lo tanto, el conocimiento básico de la vida con el que todo el mundo debe comenzar es el temor de Dios.
Nuestro Padre, estas palabras me dan pausa. Pido que no apunte el dedo de santurronería a otros, sino que reconozca los tiempos en los que no te he mostrado el temor digno de Tu nombre.
Aplicación a la vida
¿Está el desafío arrogante de Dios en nuestro ambiente cultural deteriorando nuestro temor reverente de nuestro Dios santo? ¿Necesitamos hacer inventario de nuestros corazones para asegurarnos de que no haya signos de orgullo santurrón?