Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve… Pero sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe y que recompensa a los que lo buscan.
Hebreos 11:1, 6
En Hebreos hay un elemento que está considerado como esencial a la vida cristiana, y eso es la fe. Es lo que hace a la vida cristiana distinta de la de los incrédulos. Henry David Thoreau dijo una vez: “Si camino desfasadamente con otros, es porque estoy escuchando el ritmo de otro tambor”. Ésa es una descripción exacta de la fe: los cristianos caminan como si estuvieran escuchando el ritmo de otro tambor.
Este capítulo se centra en lo que es la fe. La fe es grandemente malentendida, y hay muchas ideas peculiares sobre lo que es. La fe no es pensar de forma positiva. La fe no es un instinto que se sigue. La fe no es esperar lo mejor, esperando que todo salga bien. La fe no es un sentimiento de optimismo. La fe no es ninguna de esas cosas, aunque todas ellas han sido identificadas como fe.
¿Qué es entonces la fe? La fe comienza con “lo que se espera”, eso es, comienza con un sentido de descontento. Nunca puedes tener mucha fe a menos que estés insatisfecho con lo que eres ahora y estés deseando algo mejor. Es por eso que, a través de la Biblia, el gran enemigo de la fe es un espíritu satisfecho de sí mismo, una actitud de satisfacción propia con la misma situación. Pero si estás insatisfecho, si estás buscando algo mejor, entonces estás en una posición de ejercitar la fe.
Entonces viene “la convicción de lo que no se ve”, no sólo un deseo por algo mejor, sino una conciencia de algo más; eso es la fe. Significa que nos volvemos conscientes de que estamos rodeados de un reino invisible; aquello que se ve no es la explicación completa de la vida; hay realidades que no pueden ser vistas ni tocadas, y aun así son tan reales y tan vitales como cualquier cosa que podemos ver. Esto se ve bellamente en las palabras y enseñanzas de nuestro Señor Jesús. Él habla de Dios el Padre como si estuviera ahí mismo. No ve el universo como una máquina impersonal, chirriando, como la ciencia lo hace tan a menudo, sino que lo ve como un reino espiritual, invisible, pero muy real.
De nuevo el versículo 6 dice lo mismo: “porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe”. Hay algunos que dicen: “Ésa es la parte difícil”. No, no lo es. La cosa más fácil en el mundo de hacer es creer que Dios existe. El ser incrédulo requiere un esfuerzo. Todo el mundo comienza creyendo que Dios existe. Es sólo cuando somos cuidadosamente entrenados a la incredulidad que cualquiera llega al sitio de declarar que Dios no existe. La luz de Dios está iluminándonos en todas partes, y todo lo que necesitamos hacer es abrir los ojos para verlo. Es por eso que los niños no tienen ningún problema con esto. El concepto de Dios debería de ser una de las ideas más difíciles de entender para los niños, ya que Dios no puede ser visto. Sin embargo, los niños no tienen ninguna dificultad para creer que Dios existe.
¿Eres una persona de fe? ¿Tienes un hambre de que haya algo mejor en tu vida? ¿Hay una convicción de que Dios está listo para contestar tu lloro? De hecho, ya lo ha contestado, en Cristo. ¿Estás listo, entonces, para comprometerte a ti mismo a obedecer lo que Él dice, a aceptar Su veredicto, Su punto de vista como el verdadero, a pesar de los gritos reclamantes que se derramaran en tus oídos de todas partes, diciendo que esto está mal? Eso es la fe, y si eres ese tipo de persona, puedes unirte a este desfile de fe.
Padre, gracias por esta revelación de lo que es la fe hoy. Cómo siento la necesidad de ello, al vivir en medio de una sociedad confusa y desconcertada. Concédeme la simple fe de un niño. Enséñame a vivir de acuerdo a ella, aunque sea por medio de dificultades, pruebas, angustias y lágrimas.
Aplicación a la vida
¿Tienes esperanza sobre aquello que deseas, aquello que todavía no es, la madurez de Cristo completada en tu vida? ¿Descansarás en el Cristo morando en ti para obrar Su vida en tu salvación, trayendo lo que ha prometido a fruición? “Fiel es el que os llama, el cual también lo hará” (1 Tesalonicenses 5:24).