Antes bien, nos recomendamos en todo como ministros de Dios… en palabra de verdad, en poder de Dios y con armas de justicia a diestra y a siniestra.
2 Corintios 6:4a-7
El evangelio destruye argumentos y humilla el orgullo al presentar su indiscutible historial de vidas cambiadas.
El evangelio produce rectitud en la gente.
Éstas son las armas de justicia a diestra y a siniestra
.
El evangelio ha demostrado que funciona, que cambia a la gente.
El historial de vidas cambiadas tiene poder para romper argumentos y abatir el orgullo.
Las Escrituras usan una preciosa frase para describir la vida congruente de un cristiano: la hermosura de la santidad
(1 Crónicas 16:29b).
No hay belleza como esa; ese encanto maravilloso de una vida que es justa, equilibrada, íntegra, dedicada al hijo de Dios.
¡La hermosura de la santidad!
No existe nada parecido.
Y es tremendamente convincente para los incrédulos.
Un ejemplo de este poderoso atractivo del evangelio es la experiencia del doctor H.A. Ironside.
Durante años fue capitán del Ejército de Salvación en San Francisco.
Con frecuencia, el Ejército de Salvación desfilaba por Market Street y celebraba reuniones al aire libre al sur del edificio Ferry.
En una de estas reuniones, el joven Harry fue retado por un ateo acerca de la veracidad y el poder del evangelio cristiano.
Este ateo habló elocuentemente, contestando a las afirmaciones del evangelio de una manera intelectual.
Pero Harry lo detuvo, proponiéndole un desafío.
Le dijo: Mire,
usted dice que nuestro mensaje no es verdad, y que estamos enseñando a la gente una mentira.
Me gustaría proponerle algo: Vamos a reunirnos la semana que viene, otra vez, en este lugar.
Traiga con usted alguien que haya sido un borracho, o una prostituta, o que haya practicado la maldad de forma abierta y flagrante, pero que haya sido cambiado por su mensaje de ateísmo.
Tráigalo con usted y deje que dé testimonio del cambio producido por creer las enseñanzas del ateísmo.
Por cada uno que usted traiga, yo traeré cien que han sido liberados por el evangelio de Jesucristo
.
El hombre dijo:
Lo siento. No puedo reunirme con usted bajo esas condiciones
.
Ciertamente, ése es el poder del evangelio.
Debemos abrir los ojos al poder de un cristiano en la sociedad de hoy. Claramente, el fracaso de otros puntos de vista se hace cada vez más evidente en nuestros días. Los líderes de otras variadas formas de abordar los males de la sociedad confiesan abiertamente su fracaso y su incapacidad para resolver estos problemas. Debemos reconocer que estas buenas noticias de Jesucristo son la única esperanza de la sociedad. Siempre lo han sido y siempre lo serán. Verdaderamente, tenemos que declarar esto en un mundo que ha ido mal desde su raíz.
Padre, ¡cuán desesperadamente necesita el mundo el remedio sanador que viene de Jesucristo! Gracias por la luz que derrama la cruz, y te pido que pueda declarar este mensaje en todo su poder. Amén.
Aplicación a la vida
¿A quién ha traído Dios a su vida con quien pueda compartir el mensaje de la cruz, confirmado por una vida cambiada que muestra la hermosura de la santidad?