… derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo...
2 Corintios 10:5
Una de las reglas principales del arte de la guerra es conocer a tu enemigo. Usted nunca podrá tener éxito como soldado si no sabe algo de las tácticas del enemigo. Esto es verdad en los conflictos militares y también es verdad en la guerra espiritual. ¿Qué es lo que hace que estas fortalezas sean tan fuertes? ¿De dónde saca el enemigo la fuerza que le capacita para permanecer arraigado en la sociedad humana? ¿Por qué es tan difícil erradicar estos focos de maldad de nuestras estructuras sociales?
La respuesta se encuentra en los dos elementos que Pablo nos describe.
He aquí los pilares de la fuerza del mal, revelados para nosotros: primero, argumentos
.
La palabra griega significa razonamientos
.
Segundo, su fuerza deriva de toda altivez
.
El orgullo, en otras palabras.
Literalmente es toda cosa alta que se exalta a sí misma
, por ejemplo, todo rasgo de orgullo que se manifiesta en engreimiento o autoalabanza, autoexaltación, y cuyo último y final ataque va dirigido contra el conocimiento de Dios
.
De ahí es de donde el mal saca su fuerza.
Es de estas dos cosas: razonamientos y el orgullo independiente que insiste en que el hombre no necesita a Dios.
Estos son los pilares de donde el mal saca su mayor fuerza.
Existe una relación entre estas dos cosas. El razonamiento (los argumentos) son la expresión externa de una actitud interna de orgullo autosuficiente. De aquí saca el mal su fuerza. Ello produce argumentos que suenan creíbles, invocan a la autosuficiencia del hombre, a sus capacidades ilimitadas y a su ausencia de necesidad de Dios. Estas ideas invocan a la independencia del hombre tan irresistiblemente que millones son engañados y las siguen. Por eso, el mal está tan atrincherado en la sociedad.
En las Escrituras queda claro de dónde vienen estos razonamientos.
Pablo los llama doctrinas de demonios
.
Surgen de espíritus seductores
, que usan las mentes de los hombres como instrumentos para presentar a la humanidad lo que, en realidad, son mentiras.
Son mentiras que suenan razonables, pero que no son otra cosa que mentiras.
¿Por qué es que las universidades, dedicadas a la búsqueda de la verdad, han de convertirse en los lugares donde el mal se disemina más poderosamente?
De qué otra manera se puede explicar esto sino por el hecho, que Pablo ha analizado correctamente, de que estas ideas vienen de espíritus demoníacos que obran a través de las mentes de los hombres, enseñando ideas equivocadas de manera muy lógica y aceptable.
Todos los movimientos tienen sus razonamientos donde apoyarse, tanto los buenos como los malos, tanto los verdaderos como los falsos.
Cada uno tiene su filosofía, sus defensores, sus intérpretes, que están constantemente justificando y explicando por qué ocurren las cosas.
Pero usted puede distinguir la diferencia entre lo bueno y lo malo, entre la verdad y el error, cuando ve lo que hay en el fondo.
En los buenos, siempre está el conocimiento de Dios y de Jesucristo.
El Señor Jesús mismo dijo: ... nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni nadie conoce al Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar
(Mateo 11:27b).
Eso es el conocimiento de Dios: es conocer al Hijo de Dios, porque es a través de Él que conocemos al Padre.
Padre, gracias por la gloria del evangelio. Ayúdame a ver que ése es el único medio por el que la gente puede ser liberada de estos argumentos, que suenan razonables y plausibles y que nos esclavizan y crean los problemas de nuestras vidas.
Aplicación a la vida
¿De qué maneras es usted susceptible a los argumentos orgullosos que van contra el conocimiento de Dios? ¿Está creciendo en el conocimiento de Dios en Jesucristo?