Después que engendró a Matusalén, caminó Enoc con Dios trescientos años, y engendró hijos e hijas... Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque lo llevó Dios.
Génesis 5:22, 24
Este relato dice en dos ocasiones que, antes de que fuese llevado, “Enoc caminó con Dios”. A mí me encanta la historia de una niña pequeña que estaba contando a su madre la historia de Enoc. Le dijo: “Enoc tenía por costumbre dar largos paseos con Dios. Un día fue tan lejos que Dios dijo: ‘Es demasiado lejos para regresar; ven conmigo a casa’”. Eso es lo que le pasó a Enoc.
¿Qué significa caminar con Dios? He aquí un hombre, que en medio de una generación brillante pero impía, caminó con Dios. ¿Qué significa esto? Enoc no caminó literalmente con Dios, ya que ésta es sin duda una expresión figurativa, pero el caminar en el sentido figurativo representa lo mismo hoy que entonces.
En primer lugar, quiere decir que fue en la misma dirección que fue Dios. Se movió siguiendo el mismo camino que seguía Dios, ya que Él se está siempre moviendo en la historia humana. Él se está moviendo en la actualidad para llevar a cabo ciertas cosas en la vida humana, y lo ha estado haciendo durante siglos. La persona que camina con Dios es la persona que sabe el camino que sigue Dios. ¿Qué significa esto? Tal vez no podamos indicarlo de una manera positiva, pero sin duda lo podemos hacer de una manera negativa: Dios manifiesta siempre Su oposición a todo lo que destruye y arruina la vida humana. Por muy bueno que parezca, por muy atractivo que dé la impresión de ser, Dios está en contra de ello. De modo que la persona que camina con Dios es la persona que camina mostrando una hostilidad decidida respecto al pecado en su propia vida y que se niega a hacer las paces con él o permitir que gobierne o dirija su vida. Eso es lo primero para caminar con Dios.
En segundo lugar, significa mantenerse al lado de la otra persona. Antes o después, se produce un desequilibrio, y uno de los dos se tropieza con el otro. Un paso no es como moverse en una de esas correas interminables. No es algo suave; es una repetición de estar a punto de caerse. ¿Ha analizado usted alguna vez su manera de caminar? Cada vez que da usted un paso está a punto de caerse. Permite usted que su cuerpo pierda el equilibrio, para luego volver a recuperar el equilibrio con la otra pierna. Luego continúa usted con esa pierna y está de nuevo a punto de caerse, pero lo evita en el último momento. El hombre o la mujer que camina con Dios es la persona que vive a punto de caerse. Ésa es una vida aventurera, lo cual significa que, si Dios no está ahí para apoyarle y fortalecerle a usted, se caerá. Está usted contando con Él para que le ayude y le mantenga firme. Eso es lo que representa caminar con Dios. Es siempre un caminar de manera arriesgada. No está nunca satisfecha con el statu quo, sin hacer nada, esperando, divirtiéndose. Se está moviendo siempre al mismo paso que lo hace Dios, lo cual significa dar un paso cuando Dios insiste que lo hagamos.
La tercera cosa es que no hubo controversia alguna entre Dios y Enoc, sino que estaban de acuerdo. “¿Andarán dos juntos si no están de acuerdo?”, dicen las Escrituras (Amós 3:3). Es preciso que estén de acuerdo, y así es como es preciso que seamos. No debe haber controversia alguna entre nosotros si hemos de caminar con Dios, pero debemos estar de acuerdo con las cosas tal y como Él las ve. ¡Qué gran cambio hace esto en nuestras vidas!
Señor, haz que se pueda decir acerca de mí lo que se dijo de Enoc: “Caminó con Dios”. Yo deseo ir en Tu dirección, siguiendo al mismo paso que Tú.
Aplicación a la vida
Emanuel, el nombre de Jesús, significa: “Dios con nosotros” (Mateo 1:23). ¿Qué significa hoy caminar con Dios? ¿Qué tres cosas son necesarias para caminar con Dios?