Ni aun en tu pensamiento hables mal del rey, ni en lo secreto de tu cámara hables mal del rico; porque las aves del cielo llevarán la voz, los seres alados se lo harán saber.
Eclesiastés 10:20
Estoy seguro de que el versículo 20 es el origen del dicho popular: “Me lo contó un pajarito”. ¡Es posible que éste sea el primer caso de que el gobierno haya grabado una conversación telefónica en un hogar! Esto refleja claramente el dicho moderno: “Hasta las paredes tienen oídos”.
No se queje usted de su gobierno, ni siquiera en su dormitorio ni en lo más íntimo de sus pensamientos. Esto no implica que si lo hace usted su queja pueda llegar al rey y él estará furioso con usted y le castigue por hacerlo. Es más bien la idea de que sus constantes quejas acerca de los problemas en el gobierno crean una condición que hace que se extienda la insatisfacción y la falta de confianza respecto al gobierno. Estamos viviendo con una generación que, en términos generales, desconfía de los poderes y de los derechos del gobierno. Esto puede ser debido a que la juventud que está a punto de llegar a la edad de madurez legal nos ha oído hablar a nosotros, los adultos, quejándonos tanto del gobierno que han aprendido a desconfiar de él, a sentir que es un mal innecesario y a reaccionar con violencia en contra de él.
Es realmente asombroso que cualquier presidente americano pueda servir más de un periodo como tal. Los medios de difusión se concentran de tal modo sobre el presidente y le critican con tal vehemencia todo lo que hace y cada palabra que pronuncia que no hay presidente que pueda soportar el embate de semejante publicidad adversa. La manera americana consiste en nombrar a un hombre para que ocupe el puesto, concederle seis meses para que cambie todo, y si no lo hace, se pase los próximos tres años y medio quejándose al respecto. Existe un elemento destructivo en cuanto a quejarse y refunfuñar todo el tiempo acerca de lo que hace el gobierno.
Yo me sentí bendecido y animado cuando varios de los miembros de nuestro personal escribieron cartas al alcalde de San Francisco para ensalzarle por estar en contra de una ordenanza que resultaría destructiva para la estructura social. En contra de una gran parte de la opinión popular respecto a la hora, el alcalde tuvo el valor de oponerse a dicha medida. ¡Qué gran diferencia en la calidad de gobierno cuando mostramos nuestro apoyo a los que ocupan esos puestos! El llamamiento del Buscador es que, si desea usted ser sabio en vista de todo lo que Dios provee en la vida, tal y como mostramos en este libro, intente usted mostrar su apoyo al gobierno.
Señor, perdóname por mi espíritu de queja. Enséñame a difundir un espíritu de confianza, sabiendo que Tú estás obrando por medio de los dirigentes en nuestro país.
Aplicación a la vida
Cuando las charlas afirmativas parecen no estar ya de moda, qué fácil es quejarnos apasionadamente del gobierno. ¿Delatan nuestras conversaciones una falta de confianza en Dios?