Pero el entendimiento de ellos se embotó, porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo sin descorrer, el cual por Cristo es quitado. Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos. Pero cuando se conviertan al Señor, el velo será quitado. El Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.
2 Corintios 3:14-17
No hay nada que le guste más a la carne que disfrazarse. Todos tendemos a tener miedo al rechazo si nos ven tal como somos. La mentira satánica es que para ser aceptados debemos parecer capaces; por tanto, o bien aparentamos capacidad (los extrovertidos), o tratamos de esconder nuestros fallos (los introvertidos). El nuevo pacto ofrece lo opuesto. Si admitimos nuestra insuficiencia, podemos obtener la suficiencia de Dios, y todo lo que hemos tratado de producir en vano (seguridad, éxito, impacto, integridad) se nos da en el momento de nuestra incapacidad. La clave está en quitar el velo.
¿Cómo se pueden quitar estos velos?
¡Pablo nos dice que el velo sólo se quita en Cristo!
Y, como nos dice el apóstol: El Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad
(v.17).
Aquí está nuestra primera clave real para pasar del antiguo pacto al nuevo.
La clave es tener fe en la promesa del Espíritu.
Es esperar que el Espíritu actúe en concordancia con lo que ha dicho que hará.
Concretamente, la promesa es aplicar a nuestras vidas diarias el valor pleno de la muerte y resurrección de Jesús.
Su muerte nos ha arrancado de nuestra vieja vida, como dice Pablo en Romanos 6:6: sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado
.
Cuando aceptamos este mensaje, que se refiere al velo particular tras el que nos estamos escondiendo, somos liberados de su control por el Espíritu.
Llamamos al velo como Dios lo llama.
Lo repudiamos y el placer fugaz que nos ofrece.
El Espíritu también hará real para nosotros en términos prácticos la resurrección de Jesús.
Ésta es la segunda parte de cuando se conviertan al Señor
.
El primer acto del Espíritu acaba con el reinado de la vieja vida sobre nosotros.
El segundo acto libera en nosotros la vida resucitada de Jesús.
Eso es lo que las Escrituras llaman libertad.
El Señor es el Espíritu
, dice el versículo 17, y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad
.
Cuando por la fe en esa promesa nos alejamos de la carne y confiamos en el Señor Jesús, que habita en nosotros por Su Espíritu, que está listo para obrar en el momento en que elegimos actuar, en términos muy prácticos hemos pasado del antiguo pacto al nuevo.
¡Nada viene de nosotros, todo viene de Dios!
¡Eso es libertad!
Gracias por la promesa del Espíritu, Padre, y porque a través de Él puedo experimentar el nacimiento, muerte y resurrección de Jesús.
Aplicación a la vida
¿Esperará a que el Espíritu actúe hoy de acuerdo con lo que dijo que haría? ¿Aplicará usted el valor pleno de la muerte y resurrección de Jesús diariamente?