El gran empujón

Lo que era imposible para la Ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado, y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne, para que la justicia de la Ley se cumpliera en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.

Romanos 8:3-4

Pablo quiere enfatizarnos la deficiencia de la carne, a pesar de las apariencias, y la idoneidad del Espíritu, a pesar de las apreciaciones de la gente. Si usted busca vivir de sus propios recursos, y no de la vida de Jesús dentro de usted, es como un hombre que compra un auto y no sabe que lleva un motor. Un hombre que compra un auto en esa situación tendría que empujarlo hasta su casa. Cuando llegue, podría invitar a su familia a salir a dar una vuelta, así que su esposa se sienta al volante, los niños en el asiento trasero, y él comienza a empujar desde atrás. En ese punto, usted podría pasar y preguntarle: ¿Por qué le gusta su automóvil?.

Oh, es un automóvil tremendo. Mire la tapicería, y échele un ojo a este color, y qué gran bocina tiene este auto. ¡Pero, lo encuentro bastante agotador! Cuesta abajo va estupendamente, pero si hay siquiera una leve subida, me veo jadeando y en apuros. Es muy difícil empujar cuesta arriba.

Bueno, dice usted, usted necesita ayuda. Nuestra iglesia va a celebrar una reunión especial esta noche. Nuestro orador va a referirse precisamente al tema que usted necesita oír: Cómo empujar un auto con éxito. El lunes por la noche mostrará cómo empujar con el hombro derecho. El martes por la noche ilustrará cómo empujar con el hombro izquierdo. El miércoles por la noche tiene un video que nos mostrará cómo usar nuestra espalda para empujar. El jueves por la noche hará talleres para ayudarnos a empujar más efectivamente, y el viernes habrá un servicio de dedicación, donde todos iremos al frente para comprometernos de nuevo a empujar autos.

Así es cómo se vive en gran parte de la cristiandad hoy día. Pasamos horas enseñándole a la gente cómo movilizar sus recursos humanos y esforzarse más en hacer los trabajos, pero todo lo que estamos movilizando es la carne. Buscamos reforzar su confianza en los recursos del espíritu humano y en las posibilidades de una voluntad firme.

Pero, si de verdad quisiéramos ayudar al hombre a empujar su automóvil, diríamos: Mire, dé la vuelta y venga aquí adelante. Abriríamos el capó y diríamos: ¿Ve esta cosa de hierro? ¿Sabe qué es? Es un motor. El fabricante de este automóvil sabía que usted tendría el problema que está teniendo, así que diseñó una planta de energía para permitirle ir cuesta arriba tan fácilmente como cuesta abajo. Cuando usted aprenda cómo funciona un motor, experimentará su fuerza. Simplemente gire esta llave, y el motor arrancará. Luego pise el pedal del suelo, y listo. Usted gira el volante, pero el motor proporciona toda la fuerza. Usted no tiene que empujar para nada. Sólo siéntese y suba las más altas colinas con tanta facilidad como si las bajara. El motor es igual para cualquier demanda que haga.

De esto se trata enteramente en el cristianismo auténtico. Dios sabía que no somos competentes por nosotros mismos para lidiar con las exigencias de la vida, así que proveyó una planta energética, la vida de Jesús misma, la cual es perfectamente adecuada para la tarea. Nuestra parte es aprender a manejarla correctamente y luego hacer las elecciones necesarias para caminar. Entonces experimentamos que descansamos de la actividad con la fuerza de Dios en nosotros.

Señor, estoy cansado de buscar nuevas maneras de empujar mi automóvil. Enséñame a confiar en la fuente de poder que has proporcionado por la vida de Jesús en mí.