Después de esto miré, y vi una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas. Estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas y con palmas en sus manos. Clamaban a gran voz, diciendo:
¡La salvación pertenece a nuestro Dios, que está sentado en el trono, y al Cordero!Apocalipsis 7:9-10
Al estar Juan en el cielo ve estas cosas desde un punto de vista eterno; no hay orden cronológico o limitaciones de tiempo, no hay pasado ni futuro en el cielo. Desde nuestro punto de vista del tiempo, Juan ve cosas que están sucediendo al final de la semana de siete años. Ve por adelantado el final de los siete años y ve a esta gran multitud que ha salido de la gran tribulación. Han lavado sus ropas y las han blanqueado en la sangre del Cordero, y tienen palmas en sus manos.
¿Cuándo fue la última vez que encontramos una multitud de gente con palmas en las manos dando la bienvenida a Jesús como Rey? Fue cuando bajó de la montaña hacia Jerusalén. El profeta está enlazando ese evento con éste. Entonces Israel tuvo la oportunidad de recibir a su Rey, pero los líderes de la nación lo rechazaron. En este evento al final de los tiempos, están dando la bienvenida y adorando a su Rey, también con palmas en sus manos. Así que esta gran multitud de judíos y gentiles está asociada particularmente con la restauración de Israel. Todos son mártires. Han muerto por amor a Cristo durante la gran tribulación, y ahora aparecen ante el trono de Dios como vencedores sobre la muerte y el infierno, y se unen a la adoración de los ángeles alrededor del trono. ¿No es maravilloso pensar que, en la hora más oscura de la tierra, aún por venir, tendrá lugar la mayor cosecha de almas que el mundo haya visto jamás? Millones de los que hoy nunca han oído el evangelio, serán salvados.
Durante estos terribles días de juicio, cuando las brujas de la guerra monten en sus escobas nucleares cruzando el oscuro firmamento, en la última noche del mundo, miles que nunca han oído antes oirán el anuncio del evangelio del reino venidero de Dios y se volverán a Cristo.
Eso les costará la vida.
Al seguir leyendo en el Apocalipsis, veremos que los poderes anticristianos de ese día, poderosos y tiranos, masacrarán a todo aquel que no lleve la marca de la bestia
.
Estos creyentes deberán rendir sus vidas a causa de su testimonio a favor de Dios.
Volveremos a encontrarlos de nuevo cuando lleguemos al capítulo 20.
Ahí se nos dice que los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios
(Apocalipsis 20:4) serán resucitados para servir al Señor durante el reinado de mil años de Cristo.
Es la misma multitud que hay aquí.
Juan los ve en el cielo en este punto, pero a ellos se les da un ministerio espiritual sobre la tierra durante el reinado de mil años de Cristo.
Padre, Tú tienes un gran plan para el desarrollo de la historia. Que yo sea encontrado entre los que cantan:
¡La salvación pertenece a nuestro Dios, que está sentado en el trono, y al Cordero!.
Aplicación a la vida
¿Cómo puede usted participar hoy en llevar el evangelio a aquellos que nunca han oído?