La elección fatal

Y un tercer ángel los siguió, diciendo a gran voz: Si alguno adora a la bestia y a su imagen y recibe la marca en su frente o en su mano, él también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y del Cordero. El humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. No tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre.

Apocalipsis 14:9-11

En Apocalipsis 13, el anticristo ejerce el control económico sobre todo el mundo. Nadie puede comprar o vender sin la marca de la bestia impresa sobre el dorso de la mano o sobre la frente. Ahora, el ángel anuncia que ésa es una elección fatal. Cualquiera que reciba esta marca experimentará la furia de la ira de Dios hasta las últimas consecuencias.

Esto es lo que se llama predicación de fuego del infierno y azufre. Es considerada como contraria al evangelio del amor. Pero, por toda la Biblia, usted puede ver que el amor de Dios se manifiesta a la gente en todas partes, urgiéndoles a escapar de este juicio. Dios implora a Su pueblo con amor: ¡No sigáis hasta el final!. Pero, al final, Él debe juzgar a aquellos que rechacen Su oferta de gracia. Él, en efecto, dice: Te amo y puedo proporcionarte todo lo que necesitas. Por tanto, ámame y encontrarás la plenitud que tu corazón está buscando. Pero mucha gente dice: No. ¡Tomaré tus dádivas y todas las cosas buenas que provees, pero no Te quiero a Ti! Déjame gobernar mi propia vida y servir a mis propios fines. Déjame tener mi propio reino. A los tales, Dios les dice al final: ¡Muy bien, hazlo a tu manera!.

Dios tiene tres opciones. Primera: puede dejar que la rebelión continúe para siempre y no juzgarla nunca. En este caso, las cosas terribles que están sucediendo sobre la tierra, todas estas angustiosas injusticias, la crueldad, la ira, el odio, la malicia, la tristeza, el daño, el dolor y la muerte que ahora prevalecen, seguirán para siempre. Dios no quiere eso, ni nosotros tampoco. Segunda: Dios puede obligar a la gente a obedecerle y controlarlos como robots. Pero Él nunca lo hará porque eso significa que ellos no pueden amarlo. El amor no se puede forzar. Por lo tanto, la tercera y única opción que Dios tiene realmente es que al final Él se tiene que retirar de aquellos que rechazan Su amor. Debe dejarlos a su aire para siempre. Esto desemboca en el terrible tormento de la falta de Dios. Si Dios es necesario para nosotros, entonces quitarlo de nuestras vidas es sumergirnos en la más terrible soledad y abandono que la humanidad puede conocer. Todos hemos experimentado esto en cierto grado, cuando conseguimos lo que queremos y entonces ¡descubrimos que no queremos lo que hemos conseguido! Que esa sensación de vacío hastiado se eternice es un tormento indescriptible.

Cuando la tierra se llene de violencia y odio generalizado, la labor de los santos de esos días es esperar. Aquí está la perseverancia de los santos, una determinación de no rendirse o ceder a la glorificación del hombre en ese tiempo.

Padre, graba sobre mi corazón hasta qué punto has llegado para redimirme del mal. Gracias por haber encontrado una manera de limpiarme y renovarme otra vez. Ayúdame a aferrarme a eso hasta que la mies esté madura. Amén.