Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, porque amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte.
1 Juan 3:14
Es realmente fascinante que el apóstol que escribió esto sea conocido como el apóstol del amor. Pero si lee usted lo que dice en el evangelio de Juan, se dará cuenta de que ésta no es su naturaleza, ni mucho menos. Él y su hermano Jacobo se ganaron, por parte de Jesús, el título de “Hijos del trueno” (Marcos 3:17), porque estaban constantemente queriendo maldecir a los que estaban en contra de ellos. El temperamento de Juan no era por naturaleza uno que tuviese tendencia a mostrar el amor. Pero, cuando nació de nuevo, se manifestó la vida de Dios en su corazón, y este hombre comenzó a mostrar amor.
Jacob De Shazer bombardeó Tokio a principios de la segunda guerra mundial. Fue capturado por los japoneses y encarcelado. Odiaba a sus apresadores japoneses, y era tan violento y vicioso que ellos le temían. Le mantenían en reclusión solitaria debido al odio con que les atacaba. Pero obtuvo un ejemplar de la Biblia y comenzó a leerla en su totalidad. En la soledad de su celda, se dio cuenta de la vida que está en Jesús, y se produjo un cambio asombroso en este hombre. El odio que había sentido hacia los japoneses cambió por completo, y empezó a amar a los que le habían cautivado y a mostrarles su amor, de manera que ellos se quedaron totalmente asombrados por lo que le había sucedido. En lugar de dejarse dominar por la ira, el resentimiento y su saña viciosa contra ellos, se convirtió en el más dócil de los prisioneros, cooperando ansiosamente con sus captores y orando por ellos.
Con el tiempo, la historia de su cambio de corazón fue puesta por escrito en un pequeño folleto y, después de la guerra, cayó en manos de un capitán japonés llamado Mitsuo Fuchida, el hombre que dirigió el ataque contra Pearl Harbor y que dio la orden de lanzar las bombas en aquel fatídico día del 7 de diciembre. Mitsuo Fuchida fue un héroe en Japón después de la guerra por esa hazaña y otras, pero su propio corazón estaba vacío. Por alguna razón leyó el folleto que contaba la historia del asombroso cambio que se produjo en el corazón de De Shazer. Fue arrestado y se sintió intrigado por esta historia. Consiguió un Nuevo Testamento en alguna parte y empezó a leerlo con creciente interés. Llegó por fin a la historia de la crucifixión y, cuando leyó las palabras del Señor en la cruz: “Padre, perdónales porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34), se le partió el corazón. Se dio cuenta de que Éste pudo amar a Sus enemigos y orar por aquellos que le perseguían, manifestando una calidad de vida que ningún ser humano natural podía posiblemente mostrar. Mitsuo Fuchida se hizo cristiano y se convirtió en evangelista, relatando la historia de un amor que puede cambiar los corazones humanos.
Semejante amor es la señal de la nueva vida; es un amor que no sólo muestra usted hacia personas a las que quiere, sino hacia aquellas que no le quieren a usted. Es un amor que no depende de una relación recíproca, sino que ama a los que no se lo merecen, a los incapaces, a los desagradecidos, a los egoístas y a los difíciles. Éste es, por lo tanto, el carácter del amor verdadero y es siempre evidencia de que se ha producido una nueva vida, la vida nacida de Dios.
Señor, me doy cuenta de que no debo amar a otras personas porque ellas me aman a mí, sino porque yo he sido amado por Dios y tengo en mí una vida que ama a pesar de que no haya razón para que lo haga. Enséñame a que esa vida se manifieste por medio de mí.
Aplicación a la vida
¿Es uno de los requisitos que se nos requieren para amar a otros que ellos nos amen a nosotros primero? Aparte de tener una nueva Vida en nuestro interior, no podemos de ninguna manera poner de manifiesto el amor de Dios que Él nos ha mandado que mostremos.