Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que, tomando sus lámparas, salieron a recibir al novio. Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas. Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; pero las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas. Como el novio tardaba, cabecearon todas y se durmieron. Y a la medianoche se oyó un clamor:
¡Aquí viene el novio, salid a recibirlo!Mateo 25:1-6
En oriente, las bodas siempre se celebraban por la noche. A menudo, las festividades duraban una semana, y se esperaba que el cortejo nupcial apareciera en cualquier momento de esa semana. El novio aparecería a por la novia, y juntos caminarían hacia la boda. Había grupos de personas esperando por todo el camino para unirse a la procesión de bodas. Aquí tenemos a las diez jóvenes vírgenes esperando con expectación al novio.
A medianoche se oyó un grito llamando a salir y recibir al novio, lo cual nos sumerge en el resto de la historia: Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron y arreglaron sus lámparas. Y las insensatas dijeron a las prudentes:
(Mateo 25:7-13).Dadnos de vuestro aceite, porque nuestras lámparas se apagan.
Pero las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden y comprad para vosotras mismas.
Pero mientras ellas iban a comprar, llegó el novio; y las que estaban preparadas entraron con él a la boda, y se cerró la puerta. Después llegaron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos!
Pero él, respondiendo, dijo: De cierto os digo que no os conozco.
Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del hombre ha de venir
Hay una diferencia entre estas diez vírgenes: cinco eran prudentes, y cinco eran insensatas. La diferencia estriba en que las prudentes tenían un extra de aceite. Todas tenían aceite para comenzar, pero las prudentes se llevaron una provisión extra. Así es como soportaron el retraso inesperado del novio. El aceite es comúnmente usado como una imagen del ministerio del Espíritu Santo, revelando la verdad. Todo esto también describe a aquellos que viven entre la primera venida del Señor y la segunda, esperando Su aparición. Ciertos prudentes entre nosotros tienen una provisión extra de aceite, una provisión suficiente para superar la prueba de cualquier cosa que pueda venir. Pero hay también algunos entre nosotros que son insensatos, y carecen de una provisión suficiente de aceite, los cuales nunca han descubierto verdaderamente el ministerio total del Espíritu. Hay un ministerio del Espíritu para las mentes y los corazones de aquellos que todavía no han nacido de nuevo, representado por las vírgenes insensatas. Él las ilumina hasta un cierto punto, ya que leen la Biblia y oyen tal verdad como la del retorno del Señor, pero no han llegado al punto en que esta verdad les haya enganchado realmente. Puede que la hayan entendido, pero todavía no las ha agarrado con un conocimiento personal de Aquél a quien la verdad revela, el Señor Jesucristo.
El conocimiento de la Palabra debe profundizar más allá de la superficie, hacia una obediencia del corazón, una confianza, una entrega completa del control central de su vida, de su voluntad, a Jesucristo. Esto resulta en que el Espíritu Santo morará en su interior, quien le mantendrá firme en los momentos de crisis.
Padre, Tú conoces mi corazón. Heme aquí, esperando la venida del Señor. Oro para que pueda entender mi verdadero estado y consagrarme a Quien únicamente puede prepararme para Tu venida.
Aplicación a la vida
¿He permitido que el evangelio enraíce profundamente en mí, de modo que el Espíritu pueda darme poder para afrontar las necesidades de lo que venga?