Todos los que están bajo el yugo de esclavitud, tengan a sus amos por dignos de todo honor, para que no sea blasfemado el nombre de Dios y la doctrina.
1 Timoteo 6:1
Algunos de ustedes tienen a tiranos como jefes. Yo mismo he trabajado con supervisores que lo eran. Nos causan frustración; los vemos como ignorantes que no disciernen el fin del principio. Cómo consiguieron el trabajo, para empezar, es algo que usted no puede comprender. Pero, a pesar de ello, son los encargados y le tienen a usted agarrado por el cuello, porque son ellos los que controlan su cheque. Las Escrituras nos dicen que usted no solamente debe tratarles con respeto, sino que debe considerarles “dignos de todo honor”.
Todo va a depender de cómo se siente usted sobre ellos. Si usted cree que son unos lunáticos que no se merecen su respeto, entonces, por muy educado que sea usted, ellos están observando; su actitud hacia ellos será una actitud de amargura y resentimiento; usted estará constantemente intentando encontrar maneras para no hacer absolutamente nada y justificarlo por causa de la actitud que ellos han adoptado hacia usted. Pero las Escrituras dicen: “Considérales dignos de todo honor”, sea cual fuere su manera de comportarse, sin importar cómo le tratan a usted. ¿Por qué? Porque han sido creados en la imagen de Dios y, al igual que usted, cuando la gracia de Dios les toca, son capaces de reflejar Su gloria y Su belleza, siendo en potencia los portadores de Dios mismo, de modo que usted debe tratarles con respeto.
La Biblia nunca mira a las personas como si no tuviesen valor alguno. El punto de vista de la Biblia es que los seres humanos son la creación de Dios hecha a la imagen de Dios y, aunque son seres caídos, no son despreciables. Si considera usted a las personas como creadas a la imagen de Dios, entonces podrá usted ver a un individuo como alguien que merece el respeto y el honor por la persona que Dios ha creado para que fuese: un hombre o una mujer por quien Cristo murió. Así era como fueron considerados los esclavos cristianos por sus amos en el primer siglo. Si sus amos no eran creyentes, todavía los esclavos debían considerarlos como “dignos de todo honor”, de modo que el nombre de Dios, que los creó y puso Su imagen sobre ellos, no fuese difamado, y para que el mundo no despreciase Sus enseñanzas.
El punto de vista satánico sobre los seres humanos es exactamente el contrario. Satanás cree que las personas no tienen valor alguno; las considera con desprecio y las desdeña. Cuando usted considera a las personas como si careciesen de valor, las trata de esa manera y habla acerca de ellas de ese modo, maldiciéndolas y usando un lenguaje respecto a ellas que es despreciativo y las priva de su personalidad. Cuando usted hace eso, está usted reflejando la opinión que tiene Satanás de las personas. Tanto si se trata de esclavos como de amos, los cristianos deben tratarse los unos a los otros con todo respeto, así como al resto de las personas, como “dignas de todo honor”, y no usar un lenguaje como éste, de modo que el nombre de Dios no sea difamado.
Señor, te doy gracias por colocarme donde Tú me has colocado con un propósito. Ayúdame a tratar a las personas a mi alrededor como “dignas de todo honor”.
Aplicación a la vida
¿Cuál es el estado común real y básico entre los señores y los esclavos, en cualquier diferencia social, que pudiese producir respeto mutuo los unos por los otros?