Hasta que, entrando en el santuario de Dios, comprendí el fin de ellos.
Salmo 73:17
Cuando el salmista habla acerca de entrar en el santuario, lo que quiere decir es que fue ante la presencia de Dios. De hecho, entró en el templo donde Dios había hecho provisión para reunirse con Su pueblo. Cuando hizo esto, empezó a ver las cosas desde el punto de vista de Dios. En el templo comenzó a pasar de la manera natural de pensar a pensar desde el punto de vista espiritual. El problema era que había estado pensando como un hombre natural y por ello había acabado sintiéndose excitado y enfurecido. Pero, de una manera maravillosa, en el santuario empezó a entender al pensar desde el punto de vista de Dios. Ésa es la gran cosa respecto a las Escrituras. Significa que, cuando va usted a la iglesia o cuando lee las Escrituras, no lo está haciendo sencillamente para encontrar algo que le consuele un poco, sino que va usted para que sean abiertos sus ojos, para que pueda ver las cosas tal y como son en realidad y de ese modo empezar a entender la vida. Hay muchas personas que se sienten satisfechas usando la Biblia sólo para aliviar sus sentimientos cuando se sienten molestos, pero la Biblia no ha sido provista para esto. Ha sido provista para que nosotros podamos entender lo que nos está pasando en todos los aspectos de la vida, y eso fue lo que le sucedió al salmista. Fue al santuario y allí empezó a pensar desde el punto de vista de Dios.
El problema con la llamada “manera natural” de pensar es que se centra siempre en nosotros mismos, y las personas que piensan de manera natural reaccionan ante las circunstancias según sus sentimientos, su estado de ánimo y sus emociones. Cuando a usted le sucede esto, el alcance de su visión se ve disminuido para ver sólo aquellos factores que le preocupan a usted, y no puede usted pensar más allá de ellos. Cuando usted se deja gobernar por sus sentimientos, siempre le limitan a usted, y eso era lo que estaba angustiando a este hombre.
Empieza a verlo cuando llega al santuario, cuando se encuentra en la presencia de Dios, porque allí comienza a pensar desde el punto de vista espiritual. El pensar desde el punto de vista espiritual es algo que se centra en Dios, y la mente es la que controla y no los sentimientos. Entonces no se está usted dejando gobernar por las emociones, sino por pensamientos que están relacionados con los hechos, y, por lo tanto, su visión es más amplia, y puede ver otras cosas aparte del motivo que está causando en usted esas emociones inquietantes. Esto sólo es posible cuando “entra usted en el santuario”.
¿Cómo podemos hoy entrar en el santuario? Según el Nuevo Testamento, nosotros mismos somos el santuario. Dios vive en nosotros, y acercarnos a Él es entrar en el santuario. Esto es algo que hacemos de varias maneras: exponiéndonos a Su verdad en las Escrituras, o enfrentándonos con la verdad que hemos olvidado al tener comunión con otros cristianos, u orar directamente a Dios y así cambiar nuestra manera de pensar de lo natural a lo espiritual.
Padre, enséñame esta misma verdad. Impídeme que tenga envidia de los impíos, pero ayúdame a entrar en Tu santuario y a que mi mente sea renovada por Tu verdad.
Aplicación a la vida
¿Está nuestra perspectiva de la vida formándose y limitándose por causa de nuestros sentimientos o emociones egocéntricas? ¿Cuáles tres maneras pueden volver a calibrar nuestra visión?