El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo y seguid lo bueno. Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros. En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor; gozosos en la esperanza, sufridos en la tribulación, constantes en la oración. Compartid las necesidades de los santos y practicad la hospitalidad.
Romanos 12:9-13
Esto describe el amor entre los cristianos. Consiste de seis cosas. Primero, dice: “Aborreced lo malo y seguid lo bueno”. Está hablando sobre la gente. Aborreced lo que es malo en la gente, pero no rechaces a la persona a causa de la maldad. Dios ama a esa persona. Él o ella está hecho en la imagen de Dios. El verdadero amor aprende a aborrecer la maldad pero no a rechazar lo que es bueno. El amor hipócrita, el amor que finge ser cristiano, hace lo opuesto.
Segundo, el amor recuerda que la relación es el terreno de interés y no la amistad. Es por eso que Pablo dice: “Amaos los unos a los otros con amor fraternal”. Esto no se refiere sólo a cualquiera que esté en necesidad; especifica a tu hermano o hermana. La base de interés los unos por los otros no es que nos conocemos bien o disfrutamos juntos, es que estamos relacionados los unos a los otros. Si somos cristianos, sabemos que ya tenemos un lazo que debiera suscitar el cuidado los unos por los otros. Es nuestro hermano, nuestra hermana, y, por tanto, los tratamos con amabilidad y con aceptación.
Tercero, Pablo dice que el verdadero amor considera a otros más merecedores que tú mismo: “Prefiriéndoos los unos a los otros”. Me gusta la siguiente traducción aquí; dice: “Estad dispuestos a dejar que otra persona tome el crédito”. Si realmente no te importa quién reciba el crédito, entonces puedes disfrutar y hacer todo tipo de buenas obras. Simplemente estás contento de que se haya hecho, y no te preocupas de quién recibe el crédito. A nuestra carne no le gusta eso. Está muy ansiosa por recibir el reconocimiento, pero la Palabra nos dice que el verdadero amor no actúa de esa forma.
Cuarto, el auténtico amor retiene el entusiasmo a pesar de los obstáculos: “En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor”. Una de las marcas más evidentes de un cristiano caminando en el Espíritu es que retiene el entusiasmo, siempre gozándose en esperanza. Nunca permite que su fervor espiritual flaquee o se hunda, sino que lo mantiene. El Señor no puede tolerar la tibieza (Apocalipsis 3:16). Es repugnante. Te vomitará de Su boca si eres indiferente, ni caliente ni frío.
Quinto, el verdadero amor se regocija en la esperanza: “gozosos en la esperanza, sufridos en la tribulación, constantes en la oración”. Te puedes regocijar en la esperanza porque eres sufrido en la aflicción, y eres sufrido en la aflicción porque has sido constante en la oración. Así que, cuando vengan las pruebas, la cosa que debes hacer es comenzar con la oración. Si eres fiel en la oración, podrás ser sufrido en la aflicción. Sobrevivirás, esperando hasta que Dios lo solucione, no siendo impaciente, enfadándote y siendo resentido, sino calladamente esperando que Dios cumpla lo que tiene en mente para toda esta prueba. Eso te hará regocijarte en esperanza, porque sabes que Dios tiene mil y una maneras de solucionar las cosas.
Entonces, sexto, el auténtico amor responde a las necesidades: “Compartid las necesidades de los santos y practicad la hospitalidad”. En estos días, cuando hay tanta ayuda social disponible ―seguro de desempleo, seguridad social, asistencia social, Medicare, etc.― tendemos a olvidarnos que todavía hay necesidades humanas y que tenemos la responsabilidad de ocuparnos de ellas. Necesitamos ser recordados que la gente todavía está dolida y que es responsabilidad directa de los cristianos el ocuparse de las necesidades los unos de los otros.
Señor, gracias por la forma en la que me has amado, y te pido que me enseñes a amar a mis hermanos y hermanas en Cristo de la misma forma.
Aplicación a la vida
Seis aspectos de nuestro amor los unos por los otros lo definen como piadoso y sincero, opuesto al fingimiento y la hipocresía. ¿A quién debemos mirar como nuestro ejemplo, motivación y gracia habilitadora para expresar el auténtico amor?