La ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad, porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó: Lo invisible de él, su eterno poder y su deidad, se hace claramente visible desde la creación del mundo y se puede discernir por medio de las cosas hechas. Por lo tanto, no tienen excusa.
Romanos 1:18-20
Aquí vemos la causa de la ira de Dios. El apóstol explica que es “la impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad” lo que causa la ira de Dios. El aspecto trágico de la vida es causado por las actitudes que tienen los hombres y las subsiguientes acciones. Fíjate en el orden de esto: impiedad e injusticia. Es la actitud de impiedad que produce las acciones injustas, y es por eso que la ira de Dios está siendo revelada constantemente desde el cielo en contra del hombre. ¿Qué es la impiedad? La impiedad no es necesariamente ateísmo, la creencia de que Dios no existe. La impiedad es actuar como si no existiera. No niega necesariamente que haya un Dios, pero no le toma en cuenta; no espera que esté activo. Como resultado de la impiedad, hay injusticia o maldad, las acciones egoístas e hirientes de los hombres los unos contra los otros. ¿Por qué actuamos de forma egoísta? ¿Por qué nos hacemos daño los unos a los otros? Porque ignoramos a Dios. Ése es el análisis de Pablo. Por medio de estas acciones hirientes y egoístas, la verdad es suprimida.
Aquí estamos en un mundo en el cual la verdad de Dios está apareciendo a todo nuestro alrededor, pero estamos ocupados encubriéndola, escondiéndola, suprimiéndola, evitando que sea prominente y dominante en nuestro pensamiento. La razón por la cual la vida se ha vuelto trágica en tantos casos es porque el mundo es desprovisto de la verdad que es necesaria para la vida y la libertad y la piedad, y está escondida por los hombres y suprimida por ellos. La naturaleza de la verdad que es suprimida es la existencia de un Dios de poder eterno y majestad.
¿Cómo ha hecho Dios sencilla la verdad? Las Escrituras dicen que Dios se ha revelado a Sí mismo al hombre. La verdad no es confusa, invisible, ni una cosa difícil de comprender; se hace claramente visible. Dios mismo se ha asegurado de ello. Las Escrituras dicen: “se puede discernir por medio de las cosas hechas”, o sea, la creación. Se hace claramente visible desde la creación del mundo, es decir, ha estado presente siempre y en todas partes. No hay nadie que sea excluido; todos pueden leer esta revelación de Dios si quieren hacerlo. Este argumento del diseño de la creación y el orden nunca ha sido contestado. Aquellos que ignoran a Dios no pueden explicarlo, porque la verdad sobre Dios está siendo revelada en todas partes a nuestro alrededor.
Por lo tanto, dicen las Escrituras, la gente no tiene excusa. Nadie que realmente quiere encontrar a Dios necesita perdérselo.
Padre, ayúdame a no suprimir la verdad, sino a reverenciarte como mi Creador y Redentor.
Aplicación a la vida
La flagrante supresión de la verdad en el ámbito público no se puede denegar. ¿Es así en nuestras vidas? ¿Estamos suprimiendo la verdad de Dios al ser negligentes en conocer y obedecer la revelación de la verdad de Su Palabra?