Verdadera humanidad

En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí y yo en vosotros. El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo lo amaré y me manifestaré a él.

Juan 14:20-21

No hay nada más importante para nosotros que entender la vida terrenal de Jesucristo. Hay un concepto muy equivocado entre los cristianos de que Jesús vino para mostrarnos cómo era Dios y cómo se hubiera comportado entre los hombres. Esto está lejos de la verdad, pues Jesús no vino a mostranos cómo se comporta Dios. Es verdad que vino a revelar al Padre en Su carácter, pero en Su actividad Él vino a revelar la humanidad tal como Dios tenía la intención que fuera. En todo lo que hizo vemos a la humanidad actuando tal como Dios tenía intención que nosotros actuáramos, desde el mismo principio.

En el mismo corazón de esa manifestación está la clave y el secreto de la vida humana. El principio en base al cual Él vivió es el principio sobre el cual Dios tenía intención que el hombre viviera, y por el cual nosotros hemos de vivir. A través del ministerio de nuestro Señor Él nos recordó continuamente ese gran principio, no sólo por Sus palabras, sino también por Sus hechos. Usted pone a Cristo de nuevo dentro del cristiano y pone a Dios de nuevo dentro del hombre. Ésta es la afirmación revolucionaria del cristianismo. Desafortunadamente, a menudo está oscurecida en nuestros días. Por eso es por lo que hay tantas declaraciones y tantos intentos de poner en su lugar algo espectacular, algo que induzca al corazón humano a distinguir el cristianismo de otras creencias. La afirmación radical del cristianismo es que Jesucristo ofrece vivir Su vida humana de nuevo en usted, en medio de las situaciones que usted afronta diariamente.

Parece que hay pocos que emprenden esta clase de vida, pero dondequiera que se intenta, empiezan a ocurrir cosas extrañas. No es que la vida se vuelva espectacular de repente y la gente vaya por ahí haciendo milagros y otros prodigios, sino que en la tranquila experiencia de la vida, en las variadas decisiones que tomamos, hay una tranquila confianza en que la sabiduría de Dios proveerá para nuestras necesidades, y las cosas comienzan a resolverse de maneras inesperadas. Cosas extraordinarias siguen a la actividad diaria en la medida en que Dios empieza a obrar en la vida humana. Éste es el secreto de la vida humana, como nuestro Señor demostró, poniendo a nuestra disposición que Su vida pueda ser vivida otra vez en nosotros al recibir por fe a Jesucristo.

Padre, gracias por esta poderosa revelación del secreto esencial que hace que la vida tenga sentido. Oro para que abras mi mente para aprender estas cosas, que son tan diferentes de lo que he aprendido en el mundo.