Cuando anochecía, se acercaron a él sus discípulos, diciendo:
El lugar es desierto y la hora ya avanzada. Despide a la multitud para que vayan por las aldeas y compren algo de comer. Jesús les dijo:No tienen necesidad de irse; dadles vosotros de comer. Ellos dijeron:No tenemos aquí sino cinco panes y dos peces.Mateo 14:15-17
La escena se desarrolla a la orilla del mar al atardecer; la multitud ha estado escuchando todo el día y están hambrientos.
Felipe viene a Jesús y le dice que despida a la multitud, para que puedan ir a comprar ellos mismos algo de comer.
En cambio, Jesús le dice que sea él quien les dé algo de comer.
¿Y cuál es la reacción de Felipe?
El evangelio de Juan nos cuenta que respondió: Más de la mitad del salario de un año no bastaría para que cada uno de ellos tomara un poco de pan
(Juan 6:7).
Felipe está contando con sus recursos humanos.
Aquí está el Señor Jesús, a quién acaba de ver hacer cosas maravillosas, de pie frente a él, pero no cuenta con Él para nada.
Sus cálculos incluían los recursos normales de la vida.
Si Felipe hubiera sido ateo y Jesús le hubiera dicho: Dales algo de comer
, él hubiera contestado exactamente lo mismo.
En otras palabras, no hay ninguna diferencia entre el creyente y el incrédulo en la forma de actuar en esta situación.
¡Con cuánta frecuencia y facilidad hacemos esto!
Dios nos dice que hagamos algo, y empezamos inmediatamente a decir: ¿Tengo acaso la formación, la experiencia, la habilidad y el conocimiento necesarios?
¿He hecho el curso?
¿Sé cómo hacer esto?
¿Encaja con mi personalidad?
.
No estoy queriendo decir que no haya que hacer algunos planes, porque Dios nos dirige a hacer determinadas cosas y no a hacer otras.
Pero el asunto es, ¿con quién cuenta usted cuando decide hacer algo?
¿Cuenta con usted mismo, o con Dios en usted?
Ésa es la diferencia entre el Antiguo y el Nuevo Pacto.
El Antiguo Pacto dice: Todo sale de mí; todo depende de mí.
Si no tengo lo que hace falta, no se puede hacer.
Pero, en cambio, su actitud podría ser que todo depende de Dios.
Él le ha llamado y le ha pedido que sea Su agente para que las cosas se hagan.
Eso es el Nuevo Pacto.
El Antiguo Pacto produce lo que Pablo llama en Gálatas: las obras de la carne
.
Eso es el Antiguo Pacto: la carne obrando.
De modo que produce las obras de la carne, que Él dice que son evidentes: Manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lujuria, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, divisiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a éstas
(Gálatas 5:19-21a).
Gracias, Padre, por la maravillosa verdad del Nuevo Pacto que es que todo viene de Tí.
Aplicación a la vida
¿Cuáles son sus recursos cuando decide hacer algo, usted mismo o Dios en usted?