Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viera cómo las había de llamar; y el nombre que Adán dio a los seres vivientes, ése es su nombre. Y puso Adán nombre a toda bestia, a toda ave de los cielos y a todo ganado del campo; pero no se halló ayuda idónea para él.
Génesis 2:19-20
Aquí tenemos lo que los sofistas llaman un non sequitur, algo que aparentemente no tiene relación con lo que iba antes; parece que no es lo que sigue.
En el versículo 18, Dios dice que tiene la intención de crear una mujer como ayuda
de Adán.
Luego leemos cómo el Señor le trajo a todas las bestias y aves para ver qué nombre les daba.
¿Cómo conecta esto con la intención de Dios de crear una ayuda para el hombre?
Debe de haber una conexión aquí.
Dios le dio a Adán un proyecto que realizar antes de estar listo para el matrimonio.
Sin duda era para mostrarle que su esposa había de ser bastante diferente de los animales.
Muchos hombres no han aprendido eso todavía, pero está claro que esa era la intención de Dios al poner al hombre a buscar.
¿Qué aprendió Adán al examinar a los animales? Quizás lo primero que aprendió es que la mujer no iba a ser una mera bestia de carga, como ha llegado a ser a menudo en la historia de la raza humana desde entonces. Hay sociedades donde las mujeres son tratadas exactamente como animales, donde el precio de una mujer es aproximadamente el de una vaca. Pero esto es una transgresión de lo que Adán aprendió al principio. Adán no encontró entre los animales una ayuda adecuada para él. Eva, cuando apareció, era bastante diferente. Por lo tanto, la mujer no ha de ser tratada como una esclava puesta ahí para hacer todo el trabajo de una casa.
Adán también aprendió en su búsqueda que la mujer no está para producir niños. Obviamente son las mujeres las que dan niños a luz, pero no han de ser como los animales que crían casi como si esa fuera la única razón de su existencia. Las mujeres no han de ser así. De nuevo, una de las ideas más destructivas que se han extendido entre la humanidad ha sido esa enseñanza de que la primera y principal razón para el matrimonio es la producción de niños. La Biblia no refleja eso en absoluto.
Tercero, Adán aprendió en su búsqueda que la mujer no es una cosa ajena a él, para usarla como vea conveniente y luego desecharla, tal como el hombre usa a los animales. La mujer había de ser una ayuda apta para él, equivalente a él. Muchos ven a la mujer como nada más que un juguete desechable para el hombre; uno las usa como un pañuelo de papel y luego las tira. Pero este pasaje contradice eso. La mujer ha de ser una ayudadora y compañera, hecha para él, que se corresponde exactamente con sus necesidades, siempre capaz de ajustarse a los cambios que sobrevengan sobre él. Ella no ha de ser, por tanto, tratada como un mero objeto desechable. Eso nos da una visión de la intención de Dios al crear a la mujer.
Gracias Señor, por Tu sabiduría al crear al hombre y a la mujer a Tu imagen. Perdóname por fracasar algunas veces en ver que Tu plan es bueno y que Tú hiciste a la mujer como un complemento indispensable para el hombre. Amén.
Aplicación a la vida
¿Reconozco la sabiduría de Dios al crear a la humanidad como dos géneros distintos y complementarios para reflejar Su imagen?