¿Acaso por tu piedad te castiga o entra a juicio contigo?
Job 22:4
Elifaz malinterpreta aquí lo que ha dicho Job. Cree que Job está acusando a Dios de castigarle injustamente, pero, una vez más, Job no había dicho eso. Si Job hubiera sido culpable de esto, hubiese estado haciendo lo que Satanás quería que hiciese; hubiera estado acusando y blasfemando a Dios. Es verdad que Job hace preguntas a Dios acerca de Sus motivos, pero jamás le dice: “Eres culpable”, acusando a Dios de injusticia, como sugiere Elifaz. Creo que es una de las cosas que más ayudan y que podemos aprender del libro de Job, porque son nuestras pruebas, nuestras presiones y nuestros tiempos de tormento de lo que se vale Satanás, intentando conseguir que hagamos las mismas cosas que intentó que hiciese Job; quiere que nosotros le echemos la culpa a Dios y le acusemos de ser un Dios injusto e inicuo. Si es ahí a donde nos lleva Satanás, hemos caído. Hemos caído por la borda y somos culpables de una acusación en contra de la justicia de Dios, pero Job no hace nunca eso. Se acerca mucho, pero se niega a hacer eso. De modo que, porque está molesto y furioso con la resistencia de Job en contra de sus acusaciones en contra suya, Elifaz sigue hasta inventar falsas acusaciones, que carecen de base firme, contra él (22:5-11).
Hoy en día existe una especie de fariseísmo que pretende estar de acuerdo con su limitada teología, y si se niega usted a hacerlo, algunos podrán insultarle y traer cargos en contra suya. Al principio de la vida cristiana de mi esposa, ella empezó a escuchar una retransmisión radiofónica que le enseñó la verdad de las Escrituras, y el pastor de su iglesia se puso muy furioso y molesto con ella. La trajo ante él e intentó corregirla, usando insultos en lugar de usar las Escrituras. Cuando ella no se dejó convencer, porque estaba aprendiendo la verdad de la Palabra de Dios, hizo lo mismo que había hecho Elifaz. Habló en contra de ella y la acusó de toda clase de cosas que ella no había hecho, amenazando con descubrirla a la iglesia como una hereje. Ella tuvo que soportar una gran cantidad de tormento mental y de sufrimiento durante ese tiempo.
No hay nada peor que esta clase de ataque sin fundamento, bárbaro, calumniador, con el que se tuvo que enfrentar Job por parte de sus llamados amigos. Elifaz continúa, en el capítulo 22:12-14, acusando a Job de tener percepciones equivocadas acerca de Dios: “Job, el problema contigo es que crees que Dios es un ser tan limitado que ni siquiera puede ver lo que tú estás haciendo. ¡Él está en lo alto, en los cielos, y las nubes están entre medias y cierran el paso, de manera que crees que estás logrando esconder tu pecado porque Dios no puede ver a través de las nubes!”. Ésta es una acusación ridícula, porque Job ya había demostrado que era consciente del poder, la grandeza, la majestad y el misterio de Dios, de manera muy superior a lo que estos amigos creían. Pero no pueden vivir con esto y no lo aceptarán, así que le acusan con estos conceptos infantiles.
Señor, te doy gracias porque Tú me conoces mejor que nadie. Tú conoces mi corazón, y yo confío en que Tú me revelarás lo que necesito saber.
Aplicación a la vida
El juzgar humanamente puede ser de ayuda, pero al mismo tiempo puede ser perjudicial. ¿Podemos nosotros escoger la opción llena de gracia, invitando al Dios que nos ama a que examine y conozca nuestros corazones y que nos dirija?