¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? ¡Házmelo saber, si tienes inteligencia!
Job 38:4
Sin duda los capítulos 38 al 41 son la culminación de este gran libro de Job. Aquí se escucha la voz de Jehová mismo, hablando en el torbellino.
Jehová desafía a Job: “Disponte como un hombre y déjame hacerte algunas preguntas. Has afirmado que deseas un juicio ante mí. Permite que examine tu competencia para ver si puedes contestar primero algunas preguntas sencillas”. En el relato que aparece a continuación, la voz de Jehová somete a Job a una serie de preguntas muy penetrantes.
Primero: “¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra?”. ¿Dónde estaban los humanos? Todavía no existían. Es por eso que a lo largo de todos los siglos desde que se le hizo esta pregunta a Job, los humanos no han podido nunca resolver la cuestión del origen. ¿De dónde vino el universo? ¿Cómo tuvo su origen? ¿Quién hizo que existiese? ¿Qué proceso se siguió? El mundo entero está debatiendo esta cuestión hoy, pero los humanos no han podido nunca contestar a la pregunta sobre los orígenes de la tierra porque no estuvieron allí para observarlo.
Luego, 38:6 trata la cuestión del procedimiento. ¿Cómo colgó Dios la tierra sobre nada?, como Job mismo preguntó con anterioridad en este relato. En los días en que se escribieron las Escrituras, el mundo científico creía que la tierra era plana. Había extraños y legendarios relatos sobre cómo la tierra tuvo sus orígenes, diciendo que flotó sobre los lomos de elefantes o descansó sobre el caparazón de tortugas que nadaban en el mar. Pero en el libro de Job encontramos la afirmación muy clara de que Dios colgó la tierra sobre nada.
Ahora Dios le pregunta a Job: “¿Cómo sucedió eso?”. La única respuesta que puede dar hoy la ciencia es la gravedad, pero nadie sabe lo que es la gravedad. Es tan sólo una palabra que usamos, pero no nos dice lo que es. Aquí tenemos de nuevo una pregunta que todavía no podemos contestar hoy. ¿Cómo cuelga la tierra entre varios cuerpos celestiales de tal manera que se mueve en una procesión ordenada a lo largo de la extensión ilimitada del espacio? ¿Cómo puede ser? Todavía no lo sabemos. Finalmente, Dios dice: “¿Dónde estabas tú cuando esto sucedió?”, y lo enlaza con un acontecimiento tremendo en el cual toda la creación pareció de repente prorrumpir en armonía y melodía: “cuando alababan juntas todas las estrellas del alba y se regocijaban” (38:7).
Padre, al igual que Job, me inclino ante Ti en silencio. ¿Quién soy yo para acusar al Todopoderoso? ¿Quién soy yo para quejarme acerca de la vida que me ha sido destinada y decir que está mal? Señor, he sido silenciado, pero te pido en oración que me lleves más adentro y que con Tu gracia me muestres más de lo grande que realmente eres.
Aplicación a la vida
¿Dedicamos un tiempo valioso y energía discutiendo con Dios, cuando sólo entregarnos a Su soberanía abre Sus tesoros de perdón, limpieza y amorosa comunión?