Piensa ahora: ¿qué inocente se pierde? ¿Dónde los rectos son destruidos? Yo he visto cosechar iniquidad a quienes siembran injuria e iniquidad cultivan.
Job 4:7-8
Al llegar a este punto recibimos la primera de las contestaciones de los tres amigos de Job: Elifaz, Bildad y Zofar. A estos tres amigos se les ocurre la misma solución al problema, pero lo enfocan de tres maneras diferentes, según sus personalidades. Al considerar las respuestas, las veo en los términos que describen el enfoque de cada uno de ellos: “Elifaz el elegante”, “Bildad el brutal” y “Zofar el celoso”.
Elifaz es el primero en hablar, evidentemente el de más edad, porque hay una suavidad en él y una cortesía (al menos al principio) que indica que ha aprendido a decir cosas desagradables de manera afable. Su argumento es el siguiente: Los justos no son nunca castigados; sólo los injustos sufren. “¿Dónde has visto alguna vez a un hombre inocente perecer?”, le pregunta a Job. “¿Dónde has visto alguna vez a un hombre perverso tener éxito?”. Su argumento es claramente que el problema de Job ha sido causado por su propio pecado intencionado, por algo que Job está ocultando. Y éste será el argumento básico a lo largo del libro: “Job, hay algo que está mal. Si tan sólo lo admites, todo te irá bien”.
Recuerdo hace años haber cogido una revista cristiana que se especializaba en atacar a los hombres con un ministerio público, como Billy Graham. El editor de la revista dijo del Dr. Graham, que acababa de tener una cierta enfermedad, que era el juicio de Dios sobre él porque se relacionaba con una clase de personas que eran las equivocadas. ¡Pero lo que me fascinó fue que en el próximo ejemplar el editor anunció que él mismo se había caído y se había roto una pierna! Esto es algo tan característico de la humanidad. Todos vemos claramente que el sufrimiento de otras personas ha sido causado por el pecado, mientras que nuestro sufrimiento ha sido siempre causado por alguna otra cosa.
Elifaz argumenta que si tan sólo dependemos de la misericordia de Dios, Él nos perdonará y restaurará, y todo irá perfectamente. Podrá usted confiar en que será usted protegido y guardado hasta llegar a una edad muy avanzada. Como es lógico, esto no es verdad. Cualquiera que haya vivido unos cuantos años sabe que es posible encontrar a personas santas que no están protegidas de los sufrimientos y que pasan por tiempos de prueba, de peligro y de sufrimiento. Aunque el argumento suena como buena teología, Elifaz no expone todos los hechos. Es por eso que Job nos ha sido dado a todos nosotros, para que podamos aprender a corregir nuestra teología y entender que el pecado no es el único motivo del sufrimiento.
Padre, te doy gracias por los sufrimientos de Job. Ayúdame a considerar mis propios sufrimientos a la luz de la revelación de este libro. Señor, concédeme la fuerza para soportar en medio de la presión.
Aplicación a la vida
El sufrimiento es al mismo tiempo universal y personal. Cuando nos enfrentamos con esta realidad, ¿dónde acudimos para entenderlo? ¿Tenemos sabiduría divina que ofrecer a otros en su tiempo de pruebas?