Man Burdened by the Fate of God’s Rebellious People

Devoción del 31 de agosto

¡Babilonia!

Palabra que habló Jehová contra Babilonia, contra la tierra de los caldeos, por medio del profeta Jeremías: “Anunciadlo en las naciones, hacedlo saber; levantad también bandera, publicadlo y no lo encubráis; decid: ‘¡Conquistada ha sido Babilonia! ¡Bel está avergonzado! ¡Merodac está deshecho, destruidas sus esculturas, destrozados sus ídolos!’ ”

Jeremías 50:1-2

Los capítulos 50 y 51, dos de los capítulos más largos del libro, están dedicados a la destrucción y al derrocamiento de Babilonia. En todas partes en las Escrituras, Babilonia es un símbolo del gran enemigo de Dios, especialmente porque el demonio utiliza las falsas autoridades religiosas para reclamar prestigio y poder en el mundo.

¿Te acuerdas de dónde empezó Babilonia? En la torre de Babel, después del diluvio. ¿Por qué construyeron los hombres la torre de Babel? Erigieron la torre para ascender a los cielos y ser como Dios. Bajo Nimrod, Babilonia se convirtió en la madre de rameras y de las abominaciones de la tierra. Se convirtió en el manantial de idolatría y comenzó a exportar estas ideas a través de todo el mundo. Fue para hacerse un nombre para sí mismo (Génesis 11:4). El babilonismo es el intento de ganar prestigio o estatus en los ojos del mundo por autoridad religiosa. Cada religión en el mundo busca eso. Se han tomado sistemas completos de la religión, para que estos sistemas busquen el ganar gran autoridad y ser conocidos como príncipes, reyes y poderes en el mundo de hoy. Todo comenzó con la torre de Babel.

Así como Babilonia misma fue el gran poder destructivo contra Judá, así debía llegarle el turno a Babilonia. Del norte, los medos y los persas vendrían contra Babilonia y derrocarían este gran reino. A pesar de sus tremendas murallas, sus vastos palacios, sus floridos jardines colgantes, su enorme tamaño y sus grandes ejércitos ―el poder más grande del mundo en ese día― a la misma altura de su poder, Dios declara que será totalmente perdido.

Hay muchos que dicen que Babilonia debe de ser construida de nuevo a causa de las profecías en el libro de Apocalipsis que se refieren a Babilonia. Pero la referencia ahí, de hecho, es a “Babilonia la grande” (17:5). Así que esta no es la ciudad actual y literal, sino aquello que representa: las prácticas idólatras y la blasfema toma de poder por las autoridades religiosas. Eso es lo que va a ser destruido, como dice el libro de Apocalipsis. Sin embargo, aquí en el capítulo 51, se nos da una descripción de esta ciudad actual, que es tomada y utilizada de nuevo en Apocalipsis.

Babilonia simboliza el enemigo formado contra nosotros ―el demonio― y los dos canales mediante los cuales nos ataca: el mundo y la carne. Estas son fuerzas con gran poder, llevando a cabo todas las cosas que vemos en nuestros periódicos diarios. Dios es adecuado para todas ellas. Fe en un Dios vivo puede vencer al mundo, puede derrotar el engaño de la carne y puede derrotar las rugientes cualidades del demonio, que se asemejan a un león en nuestra vida, para que podamos permanecer en pie libres en medio de la servidumbre de esta edad. Babilonia se hundirá y nunca más resurgirá.

Gracias, Señor, por la promesa de que Tú derrotarás a las fuerzas que se forman contra mí, simbolizadas para siempre por Babilonia. Ayúdame a caminar por fe en la victoria que me has prometido.

Aplicación a la vida

¿Qué poder malvado mundano está simbolizado por Babilonia? ¿Hemos aprendido a identificar este poder al encontrarnos con los informes de los medios de comunicación de terror y sufrimiento a través de todo el mundo? ¿A quién nos volvemos para liberación personal y el triunfo final mundial?

Esta devoción diaria fue inspirada por un mensaje de Ray

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