He aquí que mi siervo será prosperado, será engrandecido y exaltado, será puesto muy en alto. Como se asombraron de ti muchos (pues de tal manera estaba desfigurada su apariencia, que su aspecto no parecía el de un ser humano), así asombrará él a muchas naciones.
Isaías 52:13-15a
Esta sección, la cual describe el increíble impacto que el Mesías haría sobre la humanidad, abre con la declaración de que Él tendría éxito en todo lo que hiciera: “He aquí mi siervo será prosperado”. Ese éxito sería consumado en tres etapas específicas descritas aquí: “será engrandecido, será exaltado y será puesto muy en alto”.
Primeramente, en las palabras “será engrandecido” hay una referencia a la resurrección. Jesús volvió de entre los muertos, pasando a una condición de vida en la que ningún otro hombre había ingresado anteriormente. Lázaro había sido resucitado, en un sentido, pero simplemente volvió a esta vida terrenal. Jesús, sin embargo, fue “el primogénito de entre los muertos” (Colosenses 1:18b). Fue de este modo “engrandecido” a una dimensión superior de existencia.
Después, Él “será exaltado”. Después de Su resurrección, Jesús llevó a Sus discípulos al monte de los Olivos y, mientras estaba hablando con ellos, ascendió a los cielos hasta que una nube lo recibió y ya no lo vieron más. Así que fue físicamente y literalmente “exaltado”.
En tercer lugar, el pasaje dice: “será puesto muy en alto”. El hebreo lo dice bastante gráficamente: “Él será alto, muy”. No podemos más que recordar las palabras del apóstol Pablo en la carta a los filipenses: “Por eso Dios también lo exaltó sobre todas las cosas y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, en la tierra y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre” (Filipenses 2:9-11). Por consiguiente, por Su resurrección, Su ascensión y Su exaltación majestuosa el Mesías hizo un tremendo impacto sobre la humanidad.
Aun más, se dice aquí que “muchos estaban asombrados de él”. Esto ocurrió de dos formas distintas. Primero, como insinúa el versículo 14, muchos “se asombraron” de Su muerte: “de tal manera estaba desfigurada su apariencia, que su aspecto no parecía el de un ser humano”. Esto es descriptivo de la cara de Jesús después de que había padecido la horrible flagelación romana, las palizas, los golpes a Su cara con la vara, que los soldados llamaban en broma “el cetro del rey”, y la durísima corona de espinas sobre Su cabeza. Esto es lo que ve el profeta: la apariencia de nuestro Señor estaba tan desfigurada que aquellos que pasaban por allí “se asombraban” de Su rostro.
Pero en el versículo 15 describe otra forma de asombro: “asombrará él a muchas naciones”. Esto se refiere a los tremendos logros que obtuvo, no sólo durante Su ministerio, sino a través de los siglos desde entonces. Muchos han comentado sobre los extraordinarios logros de Jesús. G. K. Chesterton, ese extraordinario novelista y crítico literario inglés, ha escrito: “Hubo un hombre que vivió en el Oriente hace muchos siglos, y ahora no puedo mirar un cordero o un gorrión, un lirio o un trigal, un cuervo o una puesta de sol, un viñedo o una montaña sin pensar en él. ¿Si esto no es divino, entonces qué es?”. Verdaderamente, nuestro Señor ha hecho un impacto asombroso en nuestro mundo. Él es el Hombre que no puede ser olvidado.
Gracias, Señor Jesús, por todo lo que has hecho por mí. Te adoro y te alabo porque eres el que continúa asombrándome con Tu impacto sobre mi propia vida y en la de muchos otros a través de todo el mundo.
Aplicación a la vida
El Hombre Jesús hizo un incomparable impacto en la historia del mundo. ¿Cuáles son los tres cumplimientos de las Escrituras específicos y sorprendentes que describen los detalles de Su apariencia singular? ¿Cómo respondemos a esta, la más grande historia jamás contada?