El espíritu de Jehová, el Señor, está sobre mí, porque me ha ungido Jehová. Me ha enviado a predicar buenas noticias a los pobres, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos y a los prisioneros apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová y el día de la venganza del Dios nuestro.
Isaías 61:1-2a
El evangelio de Lucas describe cómo Jesús fue a la sinagoga en Nazaret en una ocasión, como era Su costumbre, y pidió el rollo del profeta Isaías. Lo desenrolló hasta que halló el sitio donde están escritas estas palabras. Volviendo a este mismo sitio, leyó el pasaje acerca del Espíritu estando sobre Él, ungiéndole, y que era llamado a proclamar las buenas noticias, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, etc. Dejó de leer en medio de una frase, después de la coma que sigue a estas palabras: “a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová”. Enrollando el libro, se lo dio al ministro y se sentó, y dijo: “Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros”.
Fíjate con mucho cuidado en dónde dejó de leer. No continuó leyendo: “y el día de venganza del Dios nuestro”, porque cuando vino la primera vez introdujo “el año de la buena voluntad de Jehová”, el día cuando Dios se reserva Su sentencia.
Esta es la respuesta a la pregunta que la gente está haciendo: “¿Por qué no hace algo Dios?”. La respuesta es: ¡porque le está dando una oportunidad a todo el mundo! Cuando comience a juzgar, juzgará al mundo entero, a todo el mundo sin excepción. Sólo aquellos que ya se hayan arrodillado a Su voluntad escaparán la sentencia del juicio. Entonces comenzará “el día de la venganza del Dios nuestro”, la frase que Jesús no leyó en la sinagoga. Esta coma ha sido llamada la coma más larga de la historia. “El año de la buena voluntad del Señor” dura ya casi dos mil años de tiempo, pero será seguido por “el día de la venganza de nuestro Dios”.
Fíjate en el contraste entre “el año de Su gracia”, y “el día de venganza”. A Dios no le gusta la venganza. No se deleita en el juicio. Isaías lo llama su “extraña labor”. Pero debe hacerse al final, aunque será llevado a cabo con la mayor brevedad posible. Esto es lo que describe la profecía como “el tiempo del final”.
Gracias, Padre, por este libro honesto y escrutador. Con qué belleza describe el programa de la historia, mucho del cual todavía no se ha cumplido; sin embargo, qué maravillosamente Te veo ahí, y comienzo a comprender la majestad y la misericordia de Tu Ser. Ayúdame a ajustar mi vida en consecuencia, a venir humildemente y contrito ante Ti para obtener la misericordia que tanto necesito.
Aplicación a la vida
¿Cuál es el asombroso mensaje que Jesús predicaba, y a quién estaba predicando: “el año de la buena voluntad de Dios”? ¿Estamos participando en Su mensaje de gracia, paz y liberación de la oscuridad? ¿Le dejamos el juicio de la maldad al plan soberano de Dios y a Su tiempo?